Más de 30 muertos y numerosos heridos en un ataque insurgente contra el Hotel Intercontinental de Kabul, en el que las fuerzas de seguridad rescataron a más de 150 empleados y huéspedes, 41 de ellos extranjeros. Entre los fallecidos hay 14 foráneos, así como personal del hotel y de las fuerzas de seguridad.

En el atentado, reivindicado por los talibanes, fueron abatidos los cinco asaltantes. El recuento de víctimas podría ser mucho más elevado, según las autoridades, que ayer confirmaron el fallecimiento de dos venezolanos, nueve ucranianos, un griego y un kirguís.

El asalto se produjo a las 21 horas del sábado cuando un atacante suicida se inmoló en la entrada del lujoso establecimiento, para allanar el camino a sus compañeros, que penetraron en el hotel cargados de armas, explosivos y chalecos listos para ser detonados. El atentado derivó en unas 12 horas de enfrentamientos, hasta que las autoridades afganas lo dieron por terminado en la mañana de ayer. El director del hotel, Haris Nayab, que escapó indemne, afirmó que los atacantes consiguieron entrar en la zona principal del centro por la cocina, antes de atravesar el hotel, donde muchos clientes quedaron atrapados en las habitaciones. El jefe de seguridad declaró que los atacantes se dirigieron hacia las plantas 4 y 5, sugiriendo que la acción había sido cuidadosamente planificada, posiblemente con cómplices en el interior.

Hace unas semanas, la seguridad del hotel pasó a estar en manos de una empresa privada, mientras que antes estaba a cargo de las fuerzas de seguridad afganas. El hotel, frecuentado por extranjeros y afganos adinerados y que a menudo acoge fiestas privadas, ruedas de prensa, seminarios y conferencias, ya fue objeto de un atentado similar en junio del 2011. En aquella ocasión, 21 personas fallecieron, entre ellas un piloto español.

ATAQUES INSURGENTES / Este es el primer ataque de envergadura en el país desde que el Gobierno afgano retomara hace unos días la posibilidad de unas negociaciones de paz con los talibanes. A principios de mes, once personas murieron y 25 resultaron heridas después de que un atacante suicida detonara los explosivos que llevaba cerca de las fuerzas de seguridad que vigilaban una manifestación en la capital.

Además, en mayo pasado se produjo en la ciudad el peor atentado en el país desde la caída del régimen talibán con la invasión estadounidense en el 2001, cuando un camión cargado de explosivos causó 150 muertos y más de 300 heridos.