Son muchos los economistas que han reaccionado a la crisis financiera griega, que pende ahora del referéndum de este domingo. El ‘Sí’ o el ‘No’ a las medidas de austeridad propuestas por la Troika - el FMI, el BCE y la Comisión Europea - y criticadas por el gobierno de Alexis Tsipras determinaran en los próximos días el rumbo de Grecia.

Hay inquietud y incertidumbre sobre lo que puede suceder, pero muchos expertos en finanzas no han dudado en dar su opinión. El pasado miércoles, sin ir más lejos, un grupo de reconocidos economistas defendía el ‘No’ y pedían generosidad con Grecia en las páginas del ‘Financial Times’. Aquí hacemos un repaso de lo que han dicho algunos de estos personajes:

Paul Krugman

En un artículo de urgencia el premio Nobel de economía aseguró que el votaría en contra de la austeridad de las instituciones europeas porque se está pidiendo a Grecia que adopte unas medidas que no han funcionado en los últimos cinco años. También criticó la gestión política de la crisis. “El ultimátum de la Troika fue, de hecho, un gesto para intentar tumbar el gobierno griego. Y tanto si te gusta Syriza como si no, eso es inquietante para cualquier persona que crea en los ideales europeos”, sentenció.

Thomas Piketty

El prestigioso economista francés, autor del ensayo ‘El Capital en el s. XXI’, señaló que expulsar a Grecia del euro es “abrir la caja de Pandora” y apoyó una urgente reestructuración de la deuda. Piketty recuerda que el proyecto europeo se cimentó cuando se anuló la deuda exterior de Alemania en 1953 y 1954 y aseguró que entonces se “habían hecho tonterías mucho más graves que los gobiernos griegos en 2009”.

Joseph Stiglitz

Poco después del artículo de Krugman, el también Nobel de economía Joseph Stiglitz defendió el ‘no’ y sostuvo que las condiciones impuestas a Grecia eran "indignantes". “Hay vida después de una reestructuración de la deuda y después de dejar un sistema cambiario”, apuntó.

James Galbraith

Uno de los firmantes de la artículo conjunto del ‘Financial Times’, James Galbraith, apuntó que el ‘no’ era “la única manera de salvar el euro”.