El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, no se ha cortado el miércoles a la hora de criticar el doble rasero aplicado por la comunidad internacional, en especial por Occidente, respecto al problema de la crisis migratoria. Erdogan, de corte islamista conservador, no se ha contenido en su feroz crítica ante una respuesta descoordinada, tardía, ineficaz y casi inexistente. “¿Qué dice la ONU? Abrid vuestra frontera a los refugiados ¿Para qué estáis vosotros entonces? ¿De qué servís?”, ha disparado el mandatario. “Nosotros hemos acogido a tres millones de sirios e iraquís en nuestro hogar hasta ahora. Y vosotros, ¿a cuántos? ¿Qué país los acogió?”, ha añadido.

Estas incendiarias declaraciones llegan tras la petición de este martes a Turquía por parte del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) para que autorizara a cruzar a suelo turco a las decenas de miles de personas que huyen de los bombardeos rusos en Alepo y alrededores y que aguardan a las puertas del país eurasiático.

“Lo que está sucediendo ahora en Siria se ha convertido en una deportación, un genocidio. Es curioso cómo quienes consideran que los refugiados son el 'coco' han mirado hacia otro lado respecto al régimen de (el presidente sirio, Bachar al) Asad”, ha apuntado Erdogan.

Tampoco ha escatimado Erdogan en invectivas hacia uno de sus más potentes aliados, Estados Unidos, un país con el que las relaciones se han visto afectadas por el apoyo de Washington a las guerrillas sirio-kurdas de las Unidades de Protección Popular (YPG). Según el presidente turco, éstas son una extensión del grupo armado turco-kurdo del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, al que Ankara, EEUU y la Unión Europea consideran terrorista. El suministro de armas de los norteamericanos a las YPG, el grupo más eficaz contra el Estado Islámico en Siria hasta la fecha, habría creado “un mar de sangre”, según Erdogan.

SOLO LOS HERIDOS PASAN

Mientras tanto, poco se ha movido este miércoles en el paso fronterizo turco-sirio de Öncüpinar. Las decenas de miles de refugiados que esperan a entrar en Turquía siguen recibiendo la asistencia de varias organizaciones humanitarias turcas e internacionales, pero en territorio sirio. “Nuestras puertas no están cerradas”, ha afirmado el gobernador de la provincia fronterizade Kilis, Süleyman Tapsiz. “No hace falta que entren porque se están cubriendo todas sus necesidades”, ha agregado en declaraciones a la cadena turca de televisión NTV.

Solo los heridos en situación más crítica logran entrar en Turquía en ambulancias. El miércoles, doce sirios heridos de gravedad cerca de la localidad siria de Tal Rifaat por los bombardeos de Rusia, aliada de Damasco, han entrado en suelo turco para recibir tratamiento.

La ofensiva gubernamental siria para recuperar Alepo se está centrando ahora en bombardear los pueblos al norte de la ciudad, a pocos kilómetros de la frontera turca. En esta maniobra para cercar Alepo, los bombardeos están acabando con la vida de decenas de civiles.