El copiloto Andreas Lubitz fue el único responsable del siniestro aéreo del 24 de marzo de 2015 del avión de Germanwings, cuando estrelló deliberadamente el aparato contra los Alpes francees, causando la muerte de los 150 pasajeros a bordo y que volaban entre Barcelona y Düsseldorf. Así lo ha dictaminado este lunes la Fiscalía alemana que llevaba la investigación de este trágico caso.

Según los fiscales, el copiloto de la aeronave accidentada padecía un presunto “episodio psicótico depresivo” desde diciembre del año 2014 pero que ocultó su enfermedad a la empresa alemana, que forma parte del grupo Lufthansa, para poder seguir pilotando. A pesar de que su trastorno es considerado un factor clave en el siniestro y que los abogados de las familias de los fallecidos denuncian que Lubitz no fuese observado más de cerca, la investigación ha concluido que las otras partes involucradas en el caso quedan libres de culpa. De esta manera se exonera a Germanwings, Lufthansa, a los médicos que atendieron a Lubitz y a la autoridad de la aviación alemana.

SUS MÉDICOS NO INFORMARON DE LA DEPRESIÓN

En marzo del 2016, el exhaustivo informe final de Franciasobre el caso instó a revisar los controles médicos sobre la salud mental de los pilotos de aviación tras darse a conocer que los profesionales de la medicina que trataron a Lubitz le llegaron incluso a recomendar que ingresase en un psiquiátrico tan solo dos semanas antes de la catástrofe en la que murieron hasta 60 ciudadanos españoles. El caso encendió el debate sobre los límites del secreto médico.

Este informe francés dictaminó también que Lubitz, de 28 años y en tratamiento desde hacía meses, premeditó el desastre. Así, media hora después del despegue del vuelo desde Barcelona rumbo aDüsseldorf, el copiloto “se encontró solo en la cabina de pilotaje”, se negó a abrir la puerta a los otros responsables de la aeronave y “ajustó de manera intencional las consignas del piloto automático para hacer descender el avión hasta su colisión”.