El Gobierno francés ha lanzado una licitación para instalar teléfonos fijos en las celdas de las cárceles, de forma que los presos puedan llamar en todo momento a determinados números y favorecer así los vínculos familiares y su reinserción social.

Otro de los objetivos del despliegue de teléfonos en los próximos años, revelado este martes por "Le Monde" y confirmado por el Ministerio de Justicia, es disminuir el problema que supone el tráfico de móviles en los centros penitenciarios.

La medida prevé equipar más de 50.000 celdas en las 178 cárceles que hay en el país (se excluirían las dedicadas a presos en condiciones de seguridad particulares) para que los internos puedan telefonear a números autorizados por la Administración o por los jueces.

Extender la experiencia

La titular de Justicia, Nicolle Belloubet, se mostró en agosto a favor de extender la experiencia que se lleva a cabo en la prisión de Montmédy desde diciembre pasado, que permite a los presos telefonear a sus familiares a cualquier hora y a precios inferiores a los de las habituales cabinas, de acceso restringido.

Más allá de buscar una relación más fluida con el entorno familiar, el objetivo es disminuir la circulación clandestina de teléfonos celulares, uno de los principales motivos de incidentes entre rejas.

En la primera mitad del pasado año, se descubrieron más de 19.000 móviles y accesorios, para una población de unos 70.000 internos en Francia.