Las fuezas israelís abrieron fuego contra manifestantes palestinos, matando a siete de ellos e hiriendo a otros 300, en una nueva jornada de protestas en la frontera de Gaza, en la que miles de personas reivindican el derecho al retorno de los refugiados, informa el Ministerio de Sanidad palestino. Cinco de los heridos se encuentran graves, con heridas en la cabeza y zonas superiores del cuerpo. Decenas fueron atendidos en puestos de emergencia.

Se trataba de la segunda jornada que caía en viernes de la denominada Gran Marcha del Retorno, organizada en la Franja por todas las facciones palestinas, que han llamado a miles de habitantes de Gaza a acudir a las fronteras desde el pasado viernes. En una semana, 29 palestinos han muerto en enfrentamientos en la frontera y en distintos incidentes violentos.

Cientos de palestinos comenzaron ayer a quemar neumáticos cerca de la divisoria para dificultar la visibilidad de las tropas israelís apostadas al otro lado, que no permitieron que los manifestantes se aproximaran a la valla limítrofe. Al otro lado, el Ejército israelí cerró las áreas adyacentes a varios puntos de Gaza por seguridad.

El grupo islamista Hamás insistió en el carácter pacífico de la protesta, aunque advirtió de que podría derivar en violencia.