Kim Dotcom, el fundador de Megaupload, el servicio de intercambio de archivos clausurado a instancias del FBI, afirma que se sentían seguros porque estaban protegidos por la legislación estadounidense sobre proveedores de acceso a internet, según le decían sus abogados, en los que gastaba "muchos miles de dólares".

En una entrevista exclusiva a una televisión de Nueva Zelanda, donde vive, Dotcom afirma que Digital Millenium Cppyright Act (DCMA), la ley que protege a los proveedores de acceso a internet, le cubre de las acciones de sus usuarios. El fundador de Megaupload asegura que solo les demandaron una vez y no fue ninguna distribuidora de películas.

"No vulnero los derechos de autor", asegura sonriente tras ser preguntado si se considera el "mayor infractor de los derechos de propiedad intelectual del mundo". Según Dotcom, no podían controlar todo lo que pasaba por su red, que consumía 1,5 terabytes de ancho de banda, el equivalente a "800 transferencias de archivos cada segundo".

El fundador de Megaupload se compara con Youtube a la hora de afirmar que no puede discriminar entre el contenido que publica y sostiene que daba acceso a los miembros de la Motion Picture Association of America (la patronal de la industria del cine) para borrar el contenido que consideraran sospechoso. Y se presenta como el chivo expiatorio del sistema porque sostiene: "No hemos hecho nada malo".

Dotcom compara las acusaciones del FBI con los argumentos de "armas de destrucción masiva" usados en la guerra de Irak, y replica que hay otros servicios como Mediafire, también estadounidense, y de P2P que no han sido demandados. El informático, que estuvo casi un mes en prisión, se postula como "un objetivo fácil" por su historia como hacker, porque no es estadounidense y vive en Nueva Zelanda, y reitera su intención de no huir del país, una de las razones por las que ha conseguido la libertad condicional.