El Tribunal Supremo de Grecia ha rechazado este jueves extraditar a ocho militares turcos que huyeron en helicóptero al país vecino en la noche del 15 al 16 de julio del pasado año, durante la intentona golpista de la que Ankara culpa a la cofradía del clérigo musulmán Fetullah Gülen.

El motivo esgrimido por el juez Giorgos Sakkas, encargado de leer la decisión, es que los soldados probablemente no tengan un juicio justo en Turquía, donde unas 44.000 personas han sido arrestadas desde el fallido golpe de Estado y, según varias organizaciones de defensa de los derechos humanos, muchas de ellas se encuentran en condiciones de detención nefastas e incluso son víctimas de malos tratos y torturas.

Fuentes del tribunal aseguraron a la agencia de noticias AP que es improbable que el caso se eleve a instancias superiores. Además, el tribunal ha pedido la liberación inmediata de los ocho militares. Por su parte, el ministro griego del Interior, Stavros Kontonís, adelantó este miércoles que respetaría los cauces legales y que no haría uso de los poderes ejecutivos.

ÁSPERAS RELACIONES

La decisión tensa las ya de por sí ásperas relaciones entre Atenas y Ankara, con rifirrafes territoriales cada semana. Apenas se hubo conocido la noticia de que los supuestos golpistas no volverían a suelo turco, el Ministerio de Asuntos Exteriores del país eurasiático emitió una protesta contra el veredicto “que evita que estas personas comparezcan ante la justicia turca independiente”. En opinión de Exteriores, se trata de una decisión política por parte de sus vecinos helenos. “Nuestras iniciativas para la extradición y juicio de esos criminales continuarán por todos los medios legales”, agrega el texto.

Los ocho militares en discordia -dos mayores, cuatro capitanes y dos sargentos- no son los únicos fugados de Turquía desde el fallido golpe: al menos otros 18 ciudadanos turcos, jueces profesores universitarios y empresarios junto con sus familias también han solicitado asilo político desde entonces.