El ministro griego de Migración, Yannis Muzalas, negó este lunes que haya una huelga de hambre en el campamento de refugiados de Elinikón, en Atenas, como han asegurado varias organizaciones, a las que acusó de manipular a los migrantes.

"No hay ninguna huelga de hambre, es una falsa noticia filtrada por una organización", declaró hoy Muzalas durante una visita esta mañana al campamento, donde una treintena de refugiados intentaron impedirle el acceso.

El ministro de Migración visitó Elinikón después de que los refugiados pidieran a través del movimiento contra el racismo (KEERFA) su intervención para exigir una mejora de sus condiciones de vida en el campamento.

FALTA DE PAÑALES, LECHE Y AGUA CALIENTE

Este domingo, la citada organización aseguró que 200 refugiados en el centro habían comenzado una huelga de hambre en protesta por la "escasez de leche para niños y pañales", por la falta de "agua caliente", posibilidades de lavar la ropa y por la "inaceptable" calidad de la comida.

Muzalas afirmó hoy, en cambio, que no existe una huelga de hambre sino que "los supuestos huelguistas impidieron la entrada al campamento de los camiones que traen la comida".

Con ello aludió a lo que calificó de un pequeño grupo que bajo la influencia de "organizaciones políticas concretas" intenta provocar desorden en el campamento.

Según Muzalas, mientras esta treintena de personas protestaban contra la ausencia de médicos, "impedían el traslado de una persona al hospital", y mientras exigían la escolarización de los niños llegaban al campamento los autobuses para traerlos a la escuela.

El ministro admitió, sin embargo, que tan solo un tercio de los niños del campamento han sido escolarizados y prometió que próximamente lo serán los demás.

INCIDENTES A SU LLEGADA

"Intentamos hacer lo mejor que podemos, con muchos errores y deficiencias, pero también ofrecemos cosas que en otros países no tendrían", recalcó Muzalas.

A su llegada al campamento, un grupo montó una cadena humana al otro lado de la verja e impidió durante una media hora la entrada a Muzalas.

"En un lugar donde viven 700 personas no es posible que la ocupación la hagan unos 30", destacó el ministro.

Muzalas advirtió a los refugiados de que, al igual que el Estado tiene deber de mejorar sus condiciones de vida, ellos "tienen obligación de respetar las leyes".

El campo de Elinikón, que en sus tres centros acoge a un total de 1.300 personas, fue habilitado en los terrenos del antiguo aeropuerto internacional de Atenas en otoño de 2015, y en plena crisis de refugiados llegó a albergar a 4.000 personas.

Muzalas ha admitido varias veces en público que en el campamento hay serias carencias pero, aunque estaba prevista su evacuación completa y el traslado de sus ocupantes a otros centros para julio de 2016, sigue operando.