Incluso los problemas más enrevesados tienen explicaciones sencillas. La baja natalidad se debe a la falta de sexo, opinan en Japón. Una reciente encuesta ha resucitado un asunto sensible con profundas repercusiones sociales y económicas.

El 42% de los hombres y el 44% de las mujeres entre 18 y 34 años es virgen, revelaba un estudio oficial de la semana pasada. El porcentaje no admite comparación en el mundo no musulmán y sigue desbocado: era del 33% hace diez años y del 37% hace cinco. El Instituto Nacional de Población y Seguridad Social vinculaba esa ausencia de líbido al envejecimiento de un país donde ya mueren más que nacen y los pañales mas vendidos son para ancianos.

'HERBÍVOROS Y CARNÍVOROS'

El fenómeno de los 'hombres herbívoros' o soushoku danshi ha generado una vasta literatura desde que la periodista Maki Fukasawa lo acuñara en el 2006. Alude a los jóvenes que no tienen relaciones sexuales ni las buscan, que prefieren las relaciones virtuales y el contacto del teclado del ordenador a la piel ajena y sienten tanta fatiga como al acercarse a desconocidos del género opuesto. Otra encuesta reciente revelaba que la mitad de los jóvenes no habían tenido relaciones en un mes y que el 20 % entre 25 y 29 años -la edad del esplendor sexual en los hombres- carecían de interés. El porcentaje multiplica por 2,5 los resultados de 2008.

El triunfador, viril y carnívoro (nikushoku danshi) estaba representado por el oficinista o empresario encorbatado que trabajaba incansablemente en la misma empresa toda su vida y bebía en locales de señoritas por la noche con sus colegas. La generación herbívora se incuba en la crisis económica de los 90 y el abandono de los valores materialistas: los jóvenes desprecian los rigores asociados a los salarios altos, buscan una vida más tranquila y saludable y ni el matrimonio ni las relaciones de pareja son prioritarias.

Personifican la subversión al modelo de la cultura corporativa tradicional. Entre el 60 y el 75% de los hombres solteros de entre 20 y 40 años se autodefinen como herbívoros, según una encuesta de la compañía de seguros Lifenet. El herbívoro cubre un amplio espectro generacional que desborda el cliché del otaku o geek, ese aficionado al manga y juegos de ordenador enclaustrado en su habitación y con serios problemas de comunicación personal.

GRAN INDUSTRIA PORNOGRÁFICA

La falta de sexo de los solteros se acumula a la de los casados. Sociólogos aseguran que el hombre ve a su esposa como una madre después del parto y la situación no parece incomodar a nadie. La apatía sexual, asumía recientemente el diario 'Japan Times', es ya tan japonesa como el sushi o el sake. La falta de relaciones es paradójica en un país con una de las mayores industrias pornográficas del mundo y donde las tiendas con material explícito son ubicuas en cualquier ciudad.

El asunto ha generado debates entre expertos. Algunos matizan la gravedad del asunto, desconfían de las encuestas y aluden al sensacionalismo con el que la prensa occidental describe una sociedad compleja y felizmente al margen del virus de la globalización. Las encuestas son cuestionables porque no incluyen a gays, lesbianas, divorciados, viudos o padres solteros, recuerda Tomomi Yamaguchi, profesora de Antropología de la Universidad de Montana. “Incluso si aceptamos que Japon está perdiendo el interés por el sexo, me pregunto por qué la prensa occidental se preocupa tanto. Japón no es el único país con ese problema, la tendencia se ha registtado en otros países”, señala por email.

La baja natalidad, continúa, depende menos de las decisiones personales y de los presuntos factores “extraños” de la sociedad que de las “prácticas gubernamentales y empresariales que imponen pobres condiciones laborales, de la falta de oportunidades laborales o de ayudas a la paternidad y de la pobreza que afecta a un significativo número de japoneses”.

El Gobierno, que persigue aumentar la tasa de natalidad del 1,4 actual a 1,8 en el 2025, parece más preocupado por esa presunta falta patológica de apetito sexual. Recientemente ha abierto agencias de contactos para aligerar a sus jóvenes los pesarosos trámites del flirteo.