Otro intento y otro fracaso. La justicia alemana a vuelto a desestimar este martes la oportunidad para ilegalizar al Partido Nacionaldemocrático de Alemania (NPD), de orientación abiertamente neonazi. Como ya hiciera en el año 2003, el Tribunal Constitucional de Karlsruhe ha hecho público su veredicto tras casi un año de proceso judicial y ha decidido descartar la prohibición y seguir tolerando la existencia de este partido de extrema derecha. “No hay evidencias que nos permitan ilegalizar el NPD”, ha remarcado el presidente de esta corte, Andreas Vosskuhle.

La principal razón que han esgrimido los jueces es que, a pesar de su actitud hostil contra la constitución y el país, el NPD no tiene “potencial” para eliminar la democracia en Alemania. Con ello se refieren al poco impacto en el sistema político alemán que puede llegar a tener la residual fuerza electoral de esta formación. Con aproximadamente 5.200 militantes, los neonazis no tienen actualmente ninguna representación en los parlamentos de los 16 Estados federados alemanes aunque si que tienen participación en municipios y un miembro en el Parlamento Europeo.

A pesar de que el NPD aglutina poco voto - 634.842 y un 1,5% del total en las elecciones federales del 2013 -, esta decisión supone un revés para el Consejo Federal, que había impulsado la petición de ilegalización. Con la aceptación de facto de este partido racista, la formación xenófoba Alternativa por Alemania (AfD) tendrá más difícil captar el voto ultra de este sector de cara a las elecciones federales del próximo setiembre que encara con el viento a favor. Según las última encuestas, los de Frauke Petry se convertirían en la tercera fuerza del país tras la CDU de Angela Merkel y los socialdemócratas con casi el 14% de los votos.

INTELIGENCIA FILTRADA ENTRE LOS NEONAZIS

Esta no es la primera vez que Alemania intenta tumbar a la formación neonazi. En el 2003 el país se volcó para prohibir de una vez por todas al NPD pero el proceso terminó en un sonado escándalo cuando las investigaciones judiciales destaparon que hasta 30 de los 200 miembros de la cúpula filofascista eran agentes de los servicios de inteligencia infiltrados para recaptar información. El caso fue polémico por la posible implicación de éstos en la incitación y perpetración de actos violentos.

Parte de la prensa, algunos sectores políticos y asociaciones civiles han lamentado la decisión. Sin ir más lejos, el Comité Internacional deAuschwitz ha remarcado que “hoy es un día trágico para la democracia defensiva”. Aún así, conscientes de las dificultades para ilegalizar a un partido y de que sin una organización estructurada como esta se complicaría el control de sus miembros, gran parte de la clase política alemana no se sumó a la petición de ilegalización del Consejo Federal. Así, tanto Merkel como el Bundestag, el Parlamento federal, desestimaron perseguir al partido tras el fracaso del 2003.

Alemania no ilegaliza un partido político desde que lo hizo el 1952 con el Partido Socialista del Reich alemán (SRP), sucesor directo del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) fundado porAdolf Hitler, y el 1956 con el Partido Comunista de Alemania (KPD). El NPD no ha obtenido representación parlamentaria desde su creación en 1965.