Más de 1.200 migrantes provenientes de Centroamérica emprendieron el pasado 25 de marzo una gran marcha reinvindicativa que cruza México y pretende llegar hasta la frontera con Estados Unidos. Una vez allí, muchos intentarán solicitar asilo, mientras que otros se arriesgarán a entrar en el país de forma clandestina.

La caravana, que recorre una ruta de 3.200 kilómetros, está formada principalmente por migrantes de Guatemala, Honduras y El Salvador, y ha sido organizada por la oenegé Pueblo Sin Fronteras. Hace años que este colectivo lleva a cabo este tipo de marchas para visibilizar los fenómenos migratorios que atraviesan la región y asesorar a los desplazados sobre sus derechos.

Un grupo de migrantes camino a la frontera de EEUU en la marcha "Vía Crucis migratorio" /VICTORIA RAZO (AFP)

"Acompañamos a aquellos que quieren solicitar asilo y les preparamos para los procesos de detención y de solicitud de asilo antes de que crucen la frontera", ha señalado Alex Mensing, director de la oenegé.

LA FURIA DE TRUMP

La de este año, sin embargo, es la marcha más grande organizada hasta la fecha. La caravana ha provocado la reacción del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha publicado una serie de tuits mostrándose muy duro con el Gobierno mexicano.

Trump ha acusado a México de "no hacer nada" contra los flujos de inmigrantes que tratan de cruzar la frontera estadounidense de forma ilegal. El presidente ha advertido que si México no frena el tráfico de drogas y la inmigración ilegal pondrá fin al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TCLAN), que está siendo renegociado.

Trump ha insistido de nuevo en la necesidad de construir el muro y ha cargado contra los Demócratas, a quienes acusa de no querer fronteras y por tanto fomentar el crimen y el narcotráfico. El mandatario también ha amenazado con el fin del DACA, el programa implantado durante la administración del expresidente Barack Obama que protege de la deportación a unos 690.000 jóvenes que llegaron a EEUU de niños.

REACCIÓN DE MÉXICO

Desde México han negado que el país promueva la migración ilegal y han reiterado su compromiso de trabajar de manera conjunta con otras naciones para atender el fenómeno migratorio en la región. "Bajo ninguna circunstancia el Gobierno de México promueve la migración irregular" han señalado las secretarías de Gobernación y de Relaciones Exteriores tras las críticas de Trump.

México considera que la caravana es "una manifestación pública" que pretende llamar la atención sobre este fenómeno y sobre el respeto de los derechos humanos de los migrantes centroamericanos.

Asimismo, las autoridades mexicanas han informado que, por haber ingresado al país sin cumplir los requisitos de la ley, muchos de los migrantes que conforman la caravana se encuentran sujetos a una serie de procedimientos administrativos de repatriación.

"Alrededor de 400 han sido ya repatriados a sus naciones de origen" han señalado las autoridades mexicanas, que han precisado que también se ha ofrecido refugio a los participantes de la marcha en los casos pertinentes.