Al menos 11.612 personas han muerto en Siria por los bombardeos de la aviación de Rusia, aliada del Gobierno de Damasco, iniciados el 30 de septiembre de 2015, según datos publicados hoy por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

De esos fallecidos, al menos 5.013 eran civiles, entre ellos 714 mujeres y 1.201 menores de edad.

Los ataques aéreos rusos también causaron la muerte de al menos 3.284 miembros del grupo terrorista Estado Islámico (EI) en el territorio sirio.

Asimismo, al menos 3.315 combatientes de facciones rebeldes e islámicas, entre las que figura la exfilial de Al Qaeda y otras organizaciones radicales como el Ejército Islámico Túrquico, han perdido la vida por esos bombardeos.

El Observatorio recordó que Rusia ha usado en sus ataques bombas de racimo cargadas con una sustancia denominada termita, compuesta de polvo de aluminio y óxido de hierro, que provoca quemaduras porque su combustión dura alrededor de tres segundos tras ser lanzada.

Las autoridades rusas y sirias aseguran que los ataques aéreos tienen como objetivo a grupos terroristas como el EI y la exfilial de Al Qaeda, pero el Observatorio y opositores señalan que los aviones rusos han tenido como blanco, además, zonas residenciales y bases de brigadas opositoras, como el Ejército Libre Sirio (ELS).