Macedonia, que ahora no se llama Macedonia, empezó a llamarse Macedonia durante la guerra civil griega (1947-49). Fue una decisión del dictador yugoslavo, Yósif Broz Tito, para intentar demostrar que toda Macedonia, tanto la griega como la yugoslava, le pertenecían.

Casi 80 años después, la decisión de Broz aún molesta: Yugoslavia se desintegró y, tras las guerras de los Balcanes, las antiguas repúblicas yugoslavas pasaron a tener sus nombres propios. Eslovenia, Serbia, Bosnia y Herzegovina y Montenegro se llaman ahora Eslovenia, Serbia, Kosovo, Bosnia y Herzegovina y Montenegro.

Pero no Macedonia: su nombre oficial —y supuestamente temporal, desde hace 27 años— es Antigua República Yugoslava de Macedonia.

«Mi abuelo -escribió hace unas semanas la nieta de Tito, Svetlana- dio el nombre de Macedonia a una de las seis repúblicas de Yugoslavia, pero el término 'Macedonia' se ha empleado siempre para nombrar un área geográfica más amplia, de la que el 51% es parte de Grecia, el 38% es la antigua república yugoslava y el 9% está en Bulgaria. Sería absurdo, por tanto, que Skopje insista en usar el término 'Macedonia' en exclusiva».

Hasta hace bien poco, gobernada por nacionalistas, Skopje lo había intentado. Pero desde diciembre del 2016, la Antigua República está gobernada por un partido socialdemócrata y proeuropeo que está dispuesto a solucionar los problemas con Grecia de una vez por todas.

La Antigua República Yugoslava de Macedonia quiere dejar de tener un nombre temporal. Quiere uno real, que le permita que Grecia deje de bloquear sus intentos de acceder a la OTAN y a la Unión Europea.

Desde que es un país independiente (1991), Macedonia, habitada por dos millones de personas, ha vivido atrapada por su nombre. Skopje y Atenas, que consideran a Alejandro Magno como su patrimonio nacional, lo han reclamado para sí. Ahora, parece, los ánimos han cambiado.

Reunión en Davos

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, y su homólogo macedonio, Zoran Zaev, celebraron una reunión oficial la semana pasada en el foro de Davos. Del encuentro salieron gestos reales: Zaev se comprometió a retirar el nombre de Alejandro Magno del aeropuerto de Skopje y de la mayor autopista del país.

«Debemos aprovechar la oportunidad. Frenar las cosas no tendría sentido. En la vida hay momentos para tomar decisiones, y creo que hemos llegado a este punto», dijo este martes el mediador de Naciones Unidas, Matthew Nimetz, que en estos días está en Atenas y Skopje.

«Lo primero a discutir es un nombre en el idioma del país vecino. Y nosotros queremos que no sea traducible a otra lengua», dijo este martes el ministro de Exteriores griego, Nikos Kotzias. Esto serviría para eliminar las implicaciones irredentistas que tiene el término 'Macedonia': Grecia insiste en que el nuevo nombre debe ser completamente distinto al de su provincia, Macedonia Central, cuya capital es Salónica.

Las propuestas

La ONU, según las prensas griega y macedonia, ha propuesto cinco candidatos. Nueva Macedonia, Macedonia Superior, Macedonia del Norte, Macedonia Vardarska —el Vardar es el mayor río del país— y República de Macedonia (Skopje). Esta última versión iría con el nombre de la capital del país entre paréntesis.

Pero no toda Grecia está a favor del avance. El pasado domingo se celebró una manifestación ultranacionalista en Salónica en contra del proceso. «Hay una sola Macedonia, y es griega», decían los manifestantes, 400.000 según la organización. Entre ellos había diputados de Nueva Democracia y de ANEL, socio de coalición de Tsipras.