El papa Francisco visitó hoy el hospital pediátrico de Prokocim, en Cracovia, y afirmó que le gustaría "poder estar un poco cerca de cada niño enfermo, junto a su cama, y abrazarlos uno a uno".

En casi todos sus viajes, Francisco suele visitar un hospital pediátrico y hoy visitó este centro en que cada año son hospitalizados 30.000 niños.

En el vestíbulo del hospital le recibió la primera ministra polaca, Beata Szydlo, y unos cincuenta niños que se encuentran ingresados, con sus familias, a quienes dedicó una caricia o una palmadita afectuosa y besó a los bebes.

"Me gustaría poder estar un poco cerca de cada niño enfermo, junto a su cama, abrazarlos uno a uno, escuchar por un momento a cada uno de vosotros y juntos guardar silencio ante las preguntas para las que no existen respuestas inmediatas. Y rezar.", dijo.

El papa argentino retomó sus críticas contra la sociedad del "descarte", cuyas víctimas "son precisamente las personas más débiles, más frágiles".

"Y esto es una crueldad", afirmó.

Y deseó: "Cómo quisiera que, como cristianos, fuésemos capaces de estar al lado de los enfermos como Jesús, con el silencio, con una caricia, con la oración".

También destacó que "las familias se encuentran solas para hacerse cargo" de los enfermos y entonces exhortó a multiplicar "las obras de la cultura de la acogida".

"Animo a todos los que han hecho de la invitación evangélica a "visitar a los enfermos", propuso.

Francisco después continuó su visita del hospital de manera privada y se detuvo a rezar en la capilla.

El papa llegó el pasado miércoles a Polonia, donde permanecerá hasta el domingo, para participar en la XXXI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).