El crecimiento económico del Reino Unido para el 2017 muestra un vigor inesperado, con una previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto del 2%, muy por encima del 1,4% pronosticado en noviembre. Sin embargo, el ministro de Finanzas, Philip Hammond, ha tenido que reconocer que esa progresión se ralentizará a partir del próximo año, cuando llegue el verdadero desafío del ‘brexit’. “No hay lugar para la complacencia”, ha declarado en la Cámara de los Comunes, donde este miércoles ha presentado los presupuestos de primavera, a pocas fechas de que comiencen formalmente las negociaciones para la salida de la Unión Europea.

La buena evolución de la economía, que ha sorprendido a los expertos, se debe a un auge del consumo desde hace meses, a pesar del aumento de la inflación provocado por la caída de la libra esterlina tras el voto a favor del ‘brexit’. El crecimiento del Reino Unido fue en el 2016 el segundo máyor del grupo de los siete países más industrializados, solo superado por el de Alemania. Pero los británicos han comenzado ya a pisar el freno y son más cautos a la hora de gastar su dinero, ante lo incierto del futuro. La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (ORB), un organismo semiindependiente, ha revisado a la baja la previsión de crecimiento para el próximo año, que queda en un 1,6%. Para el 2019 prevé un 1,7%, y un 1,9% para el 2020.

"FUTURO BRILLANTE"

Hammond ha lanzado un mensaje en el tono habitual que utiliza el Gobierno británico cuando habla del futuro del país tras la ruptura con la UE. El Reino Unido “es el mejor lugar para los negocios”, ha afirmado. “El presupuesto prepara a Gran Bretaña para un futuro más brillante” y crea “una plataforma fuerte y estable para empezar las negociaciones de salida de la UE”.

El primer presupuesto tras el voto a favor del ‘brexit’ prevé una subida de impuestos a los trabajadores autónomos y la creación de un fondo especial de 70.000 millones de euros de aquí al 2020, para paliar las posibles turbulencias a consecuencia de la salida de la Unión Europea. La UE compra aproximadamente la mitad de las exportaciones británicas y la ruptura puede tener un efecto grave en el comercio y la economía nacionales.

Hammond también ha anunciado un paquete extra de 2.000 millones de libras (2.300 millones de euros) durante los próximos tres años destinado a los servicios sociales de Inglaterra.