Las reuniones bilaterales previas a la que habrá a cuatro bandas (EEUU, Rusia, Ucrania y UE) este jueves en Ginebra para intentar rebajar la tensión en Ucrania han empezado a primera hora de la mañana con una entrevista entre el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton. Tras este encuentro, Kerry se reunirá con el ministro de Exteriores interino de Ucrania, Andriy Deschchytsia.

Fuentes rusas han confirmado que el jefe de la diplomacia de la Confederación Rusa, Serguéi Lavrov, que llegó esta mañana a Ginebra, se reunirá con Kerry cuando éste acabe su encuentro con Deschchytsia. Una vez finalizados estos encuentros bilaterales, los cuatro mantendrán un almuerzo de trabajo a cuatro bandas tras el cual comparecerán ante los medios de comunicación.

Hasta ahora se ha confirmado una rueda de prensa del secretario de Estado estadounidense y posteriormente, una del ministro ucraniano. Está pendiente de confirmación una conferencia de prensa de la jefa de la diplomacia de la Unión europea y por ahora no se tiene constancia de que Larvor vaya a comparecer ante los periodistas.

Clima de alta tensión

La reunión empieza con mucha tensión tras los hechos de anoche en la ciudad de Mariúpol, en el sureste de Ucrania, donde al menos tres personas murieron y otras 13 resultaron heridas cuando intentaban asaltar un cuartel militar en dicha localidad. El ministro del Interior ucraniano, Arsén Avákov, indicó que unas 300 personas atacaron anoche con cócteles Molotov un cuartel de la Guardia Nacional en Mariupol, y los efectivos que montaban guardia en la unidad respondieron con fuego de advertencia y luego, conforme al reglamento, tiraron contra los asaltantes.

Asimismo, la tensión verbal ha aumentado en las últimas horas. Tanto Washington como Bruselas han pedido reiteradamente a Rusia que retire su apoyo a la milicias prorrusas que tienen tomados edificios gubernamentales en el este de Ucrania y le han pedido que aleje las unidades del Ejército que tiene desplegadas a lo largo de la frontera ruso-ucraniana. Según la OTAN, Moscú ha desplegado al menos 40.000 soldados en su frontera con Ucrania.

Por su parte, Moscú ha acusado a Washington y Bruselas de dar apoyo al régimen interino ucraniano, que no reconoce como legítimo, y ha acusado a Naciones Unidas de haber tomado partido por Kiev y sus aliados.

En las últimas horas, varios expertos de la ONU en derechos humanos han desestimado los argumentos del Kremlin de que la minoría rusa en Ucrania estaba siendo perseguida, algo que justificaría la necesidad de intervenir para protegerlos de esa supuesta amenaza.