Los socialdemócratas Olaf Scholz (ministro de Finanzas) y Martin Schulz (Asuntos Exteriores) y el socialcristiano Horst Seehofer (Interior) son las principales figuras del futuro Gobierno de gran coalición alemán. En sus manos, las carteras más comprometidas y los temas más candentes, que marcarán el rumbo del Ejecutivo.

Olaf Scholz, el nuevo paladín de las finanzas

Con permiso de la cancillería de Angela Merkel, no hay posición política mas importante en el Gobierno alemán que el Ministerio de Finanzas. Controlada con mano de hierro durante los últimos ocho años por Wolfgang Schäuble, guardián de la austeridad más dogmática, la cartera ha caído ahora en manos de un socialdemócrata. El alcalde de Hamburgo, Olaf Scholz, será el responsable de un cargo con especial trascendencia en Europa.

Pero a pesar de que el SPD se haya hecho con el ministerio, eso no asegura grandes cambios. Los socialdemócratas están más próximos a la visión europeísta del presidente francés, Emmanuel Macron, que aboga por una mayor integración comunitaria y por relajar las exigencias de uno de los principales acreedores del continente. Pero a pesar de las diferencias con Schäuble, los expertos alertan de que Scholz es conocido por ser parte del ala liberal del SPD y que sus posiciones se alinearán más con las de Merkel.

Hombre fuerte del sector pragmático socialdemócrata, Scholz es el alcalde de la ciudad con el segundo mayor puerto de Europa desde el 2011. Visto en su día como posible competidor de Schulz al frente del partido, le llega ahora el momento más crucial de su carrera. Esta tembló el pasado julio cuando los fuertes disturbios ocurridos durante la celebración del G-20 en Hamburgo dañaron severamente su imagen.

Scholz también asumirá la vicecancellería en el nuevo Gobierno, sustituyendo a su colega Sigmar Gabriel.

Martin Schulz, de canciller fallido a la diplomacia

Gabriel le dejó paso para que liderase el SPD y ahora lo hace de nuevo para que comande la diplomacia. Aunque el 54% de los alemanes creen que no debería formar parte de este nuevo Gobierno, Martin Schulz toma las riendas del Ministerio de Exteriores. Su experiencia en la presidencia del Parlamento Europeo le hace idóneo para el cargo. Buen orador y europeísta convencido, Schulz deberá encargarse de las relaciones con los aliados europeos pero también con Moscú y Washington, cada vez más distanciados de Berlín.

Convertido en la ilusión del partido, el marzo del año pasado fue elegido por unanimidad como nuevo jefe de filas del SPD. Su imagen de Bernie Sanders alemán tardó poco en desmoronarse. Tras el descalabro electoral optó por permanecer en la oposición, pero las estructuras del partido le llevaron a volver a tender la mano a Merkel.

Tocado por esa falta de coherencia, Schulz ya ha comunicado a la directiva del partido que en los próximos días dejará la presidencia. Ese giro y las batallas internas del SPD han mermado su credibilidad y su liderazgo. Así, optará por dar un paso atrás, mientras que la líder parlamentaria Andrea Nahles apunta como sustituta. De relevarle, sería la primera mujer en presidir el partido socialdemócrata más antiguo de Europa.

Horst Seehofer, la patria en manos de un azote de los refugiados

El nuevo Gobierno alemán no supondrá un alivio para los refugiados. Las restricciones impuestas a los demandantes de asilo en el acuerdo de gran coalición llevarán la firma de Horst Seehofer. El líder de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), partido hermano de la CDU de Merkel, será el nuevo titular del Ministerio de Interior, Fomento y Patria, una cartera que incluye ese término nacionalista como clara claudicación al discurso nativista de Alternativa para Alemania (AfD).

Enemigo íntimo de Merkel, renunció en diciembre a la presidencia de Baviera, cargo que ocupaba desde hacía una década, para centrarse en su nuevo cargo de gobierno. En los últimos años Seehofer ha sido el principal azote de las políticas migratorias de la cancillera, presionando por un giro más restrictivo. Su predilección por la mano dura incluye medidas como limitar por decreto la entrada de refugiados, restringir el derecho a la reunificación familiar y controlar las fronteras. Se ha opuesto a una posible entrada de Turquía a la UE por formar parte del “mundo musulmán” y ha llegado a alabar al polémico primer ministro húngaro Víktor Orbán. Crítico con la UE, ha pedido referéndums para profundizar la integración.

Asediado por el trasvase de votos de su partido hacia la ultraderechista AfD, se espera que exhiba mano dura para recuperar el voto más antiinmigración. Seehofer sustituirá a Thomàs de Maizière, hombre fuerte del ala más nacionalista de la CDU. Para los refugiados, la cartera que regulará sus aspiraciones sale del fuego para caer en las brasas.