Alemania contiene el aliento. Más de cinco meses después de que el país votase en las elecciones federales, este domingo puede ser el día definitivo para que se selle un nuevo gobierno. Todo dependerá de los 463.723 delegados socialdemócratas, que desde el pasado 20 de febrero han participado en una consulta interna para decidir si aceptan o no el acuerdo con los conservadores de la cancillera Angela Merkel para reeditar una nueva Gran Coalición, la cuarta de la historia.

Aunque históricamente el pragmatismo se ha impuesto sobre el idealismo de sus bases, esta vez no está tan claro de que lado va a decantarse la balanza. La dirección del SPD ha visto como volver a tender la mano a la CDU tras obtener los peores resultados de su historia y asegurar que era momento de pasar a la oposición se ha cobrado la vida política de su líder, Martin Schulz. La cúpula designó entonces a la líder parlamentaria Andrea Nahles como sucesora en la dirección del partido, una decisión que deberá ratificar en el congreso extraordinario de Wiesbaden del próximo 22 de abril. Esa falta de credibilidad para distanciarse de los conservadores también se ha traducido en los sondeos demoscópicos, donde ahora incluso apuntan a que el SPD obtendría un mínimo del 15% de los votos, y quedaría relegado a una tercera posición por el avance de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que se alimenta de la inestabilidad.

Por otro lado, la campaña en contra de la Gran Coalición ha sido feroz. Una parte destacada del partido se ha opuesto al pacto sellado por la directiva, las juventudes (Jusos) capitaneadas por Kevin Kühnert han liderado un movimiento de protesta muy ruidoso. En el congreso de Bonn del pasado 21 de enero consiguieron que un 44% de los delegados se opusiesen al pacto con Merkel, y escenificaron así la creciente fractura interna. No fue suficiente. Para tratar de bloquearlo en la consulta interna los rebeldes lograron la inscripción de 24.339 críticos al partido e iniciaron una gira por todo el país. Este domingo se sabrá si ese esfuerzo ha valido la pena.