Al menos 16 personas, entre ellas el gobernador de un distrito y 12 soldados, murieron hoy en varios ataques en Afganistán después de que la pasada medianoche concluyera el alto el fuego de tres días decretado por los talibanes, la primera tregua de este tipo en los 17 años de conflicto afgano.

Los ataques contra las fuerzas de seguridad y autoridades del Gobierno tuvieron lugar en las provincias orientales de Nangarhar, Kunar y Laghman; las meridionales Ghazni, Uruzgan y Helmand; las norteñas Jawzjan y Faryab; y las occidentales Farah y Badghis.

DIEZ DÍAS MÁS

El portavoz del Ministerio de Defensa afgano, Muhammad Radmanish, explicó que, aunque el martes el Gobierno afgano decidió extender la tregua durante diez días más, "los talibanes violaron el alto el fuego y atacaron". "Lamentablemente los dos bandos tuvieron bajas. Alrededor de 12 soldados murieron desde que los talibanes comenzaron los ataques", agregó Radmanish sin detallar el número de insurgentes fallecidos. También murieron dos policías, aseguró el portavoz del Ministerio de Interior afgano, Najib Danish.

Además, el gobernador del distrito de Ghani-Khil en Nangarhar y su guardaespaldas murieron al ser tiroteados en una emboscada esta mañana, en un ataque en el que también resultó herido un civil, dijo a Efe el portavoz de la Policía regional, Hussain Mashriqiwal.

Uno de los portavoces de los talibanes, Qari Yusuf Ahmadi, anunció en su cuenta oficial de Twitter la muerte de al menos 26 miembros de las fuerzas de seguridad afganas en las provincias de Helmand, Badghis y Ghazni.

FIN A LA TREGUA

El grupo insurgente dijo que no prolongaría el alto el fuego de tres días sin precedentes en 17 años de conflicto decretado con motivo del Aíd al Fitr o festividad de final de Ramadán, que concluía esa misma medianoche.

El presidente de Afganistán, Ashraf Gani, declaró hace dos semanas un alto el fuego unilateral después de que unos 2.000 ulemas sacasen una fetua o edicto religioso en la que declaraban "ilegítimo" el conflicto y ayer anunció que prolongaba la medida durante diez días. Durante los tres días de tregua, talibanes y soldados rezaron en las mismas mezquitas, visitaron las áreas gobernadas por la otra parte y hasta se hicieron fotografías abrazándose.

Afganistán atraviesa una de sus etapas más sangrientas tras el final de la misión de la OTAN en el 2015, que solo continúa en el país en tareas de adiestramiento y capacitación de las fuerzas afganas.