El hombre elegido por Donald Trump para liderar la diplomacia de Estados Unidos, el mismo exdirectivo de Exxon-Mobile que mantuvo una fecunda relación personal con Vladimir Putin, se ha presentado este miércoles como un halcón respecto a Rusia, bastante alejado de las posiciones de su jefe. Rex Tillerson ha descrito al régimen de Moscú como “un peligro” para Estados Unidos y ha dicho que su país debería haber proporcionado armas e inteligencia a Ucrania tras la anexión de Crimea en 2014. “Nuestros aliados de la OTAN hacen bien en estar alarmados ante una Rusia resurgente”, ha dicho durante las varias horas que ha durado su primera audiencia de confirmación. Pero el tejano ha esquivado también numerosas preguntas sobre el embrollo de la inteligencia o el trabajo que su empresa hizo durante décadas para romper el consenso respecto al cambio climático.

El exconsejero delegado de la mayor petrolera mundial no ha querido pronunciarse categóricamente sobre las alegaciones respecto al espionaje ruso porque todavía no ha recibido informes clasificados, pero sí ha dicho que el informe es “claramente preocupante e indica que todas las acciones que usted ha descrito ocurrieron”. Preguntado si cree que Putin es un criminal de guerra por las acciones de sus militares en Siria, respondió: “yo no utilizaría esos términos”. Durante su etapa al frente de Exxon, Tillerson cerró varios negocios en Rusia y mantuvo una estrecha relación personal con su presidente, oponiéndose públicamente a las sanciones estadounidenses por la anexión de Ucrania.

EMISIONES CONTAMINANTES

Respecto al cambio climático, también se ha alejado de Trump, al decir que “el riesgo existe y las consecuencias pueden ser lo suficientemente serias para que debamos tomar acciones”. Ha defendido además la permanencia en los Acuerdos de París para reducir globalmente las emisiones contaminantes. “Es importante que EE UU mantenga una silla en la mesa para discutir cómo afrontar la amenaza del cambio climático, que requiere una respuesta global”. Trump ha dicho que el calentamiento global es “un invento chino” y ha defendido la salida de los Acuerdos de París.