El partido conservador sigue en alza en vistas de las generales del próximo 8 de junio. Las elecciones celebradas en 88 de los 418 consejos municipales del país ratificaron al partido de Theresa May como la principal fuerza británica. A pesar de los recortes impuestos en los últimos siete años, los ‘tories’ han conseguido una victoria abundante ganando más de 550 concejales. El partido laborista ya esperaba unos resultados negativos y se confirmó como el gran derrotado, mientras los liberaldemocratas mantuvieron terreno y el partido independentista UKIP perdió casi la totalidad de su representación.

La primera ministra británica compareció en Brentford por la tarde.Theresa May centró sus primeras palabras en evitar la complacencia de su partido: “No vamos a dar nada por hecho. Hay demasiado en juego”. May no entró en específicos locales y trasladó rápidamente el foco de su discurso hacia la cantinela del mejor pacto para el Brexit y de fortalecer su mano en las negociaciones con la UE que ha repetido con insistencia durante los últimos días. Una de las victorias más celebradas de los conservadores fue en Birmingham, donde Andy Street ganó una reñida votación.

En Escocia se impuso el partido nacional escocés y los laboristas perdieron el control de Glasgow por primera vez desde 1980. Sin embargo, consiguieron mantener su liderazgo en Gales y sus principales ciudades como Cardiff y Swansea. En el noroeste inglés también triunfaron en sus ciudades emblema como Liverpool y Manchester, que eligieron a sus primeros alcaldes metropolitanos. La victoria de Steve Rotheram en Liverpool, con un 59% de los votos, fue acompañada con una dedicatoria a May: “Quizás nos has robado el lenguaje hablando de un país que funcione para todos, pero como puede hacerlo si golpeas áreas como la nuestra con los más severos recortes?”. En Manchester, Andy Burnham ganó con 63% superando levemente el porcentaje de sus vecinos: “¡Wow! Manchester 1, Liverpool 0”, exclamó el nuevo alcalde en su discurso de celebración.

ACTUACIÓN DESIGUAL

Los liberaldemocratas tuvieron una actuación desigual con algunas victorias y derrotas inesperadas. Se consideran en una posición prometedora sin haberse abierto camino de forma exitosa. La reacción en boca de su líder, Tim Farron, aludió al favoritismo ‘torie’ en las generales: “Imaginad a Theresa May con una mayoría superior a la Thatcher. No necesito imaginármelo. Crecí en una comunidad así y nos subestimaron. El 8 de junio queremos acabar con la coronación de May”.

En preparación de las generales, el académico de Oxford, Steve Fisher, facilitó a la BBC un informe sobre la proyección de voto si todo el país hubiera sido llamado a las urnas. Sus cálculos estiman unmargen de victoria del partido conservador superior en este pronóstico al que tenía Margaret Thatcher antes de las generales de 1983 y 1987.

Uno de los motivos del ascenso conservador fue precisamente la transacción de votos del UKIP, que perdieron las 100 sillas que defendían y ganaron solamente una, a los laboristas en Lancashire. El único parlamentario del partido, Douglas Carswell, aceptó unos resultados catastróficos que podrían llevar a la desaparición de la formación euroescéptica : “Unos 3,8 millones de personas nos votaron en las últimas elecciones. No quiero ser desagradable, pero todos sabemos que se ha acabado”. Carswell instó a sus votantes a respaldar a Theresa May para que consiga un “mega mandato” en las elecciones generales. Después de la victoria en las municipales, una resolución que parece más cerca que nunca.