Si el capitán es el villano del hundimiento del 'Sewol', con 475 pasajeros a bordo --la mayoría estudiantes de bachillerato en viaje de estudios--, el héroe es Nam Yoon-chul; un profesor de 35 años que, según han relatado los supervivientos del naufragio de Corea del Sur, estuvo ayudando a decenas de alumnos a ponerse a salvo antes de morir engullido por el agua. El país, indignado por cómo las autoridades han gestionado el rescate, llora en cambio a Nam.

Nam Yoon-chul viajaba a bordo del 'Sewol' con sus alumnos de la clase 6 de segundo grado de bachillerato de la escuela Danwon. Su cuerpo es uno de los que los equipos de rescate han recuperado.

Según han relatado ahora supervivientes de la tragedia a medios surcoreanos, el profesor se quedó en el barco hasta el final, ayudando a sus alumnos a escapar. "Estaba ya a punto de salir del barco tras ayudarnos a nosotros, pero se lo tragó el agua", ha explicado Kim, superviviente y uno de los alumnos de Nam.

Han, otro alumno de Nam, ha relatado que el profesor estuvo haciendo todo lo posible por poner a salvo a sus alumnos incluso cuando ya estaba prácticamente sumergido bajo el agua. Este estudiante logró escapar cuando el agua le había ya cubierto del todo. Ya no volvió a ver a su profesor.

Un profesor querido por sus alumnos

'Ama a los estudiantes' había sido el lema vital de Nam, un profesor amable y querido por sus alumnos. Algo que sin duda ayudará a su madre a soportar su pérdida. "Por lo que tengo entendido, Yoon-chul se ahogó mientras intentaba poner chalecos salvavidas a los chicos" ha dicho entre lágrimas la madre del maestro.

Nam no ha sido el único pasajero del 'Sewol' que dio muestras de generosidad y humanidad. También actuó así Jang Cha-woong, un estudiante de bachillerato que cedió su chaleco salvavidas a un amigo. No solo eso, se quedó en el barco para ayudar a sus compañeros a ponerse a salvo. Jang también está entre los fallecidos en el hundimiento.

Llamado afectuosamente 'Woongie' por sus amigos, Jang era practicante de kendo (un arte marcial) y soñaba con ir a la universidad a estudiar Educación Física. Sus desolados compañeros le han recordado como un buen estudiante, sincero y amable.