El presidente de EEUU, Donald Trump, aseguró el domingo en Arabia Saudita ante 50 líderes musulmanes y árabes que no quería dar lecciones a nadie. Pero hoy se ha desplazado dos horas a Belén, en el territorio palestino ocupado de Cisjordania, para decirle al presidente palestino, Mahmud Abás, que “la paz nunca puede arraigar en un ambiente donde la violencia se tolera, se financia o se recompensa” y que tiene que “condenar estos actos” junto a EEUU y el resto de naciones, “con una sola voz unida”.

“La paz es una opción que tenemos que escoger cada día y EEUU está aquí para ayudar a hacer posible este sueño para los niños judíos, cristianos y musulmanes de toda la región”, ha afirmado Trump.

El mandatario estadounidense ha reiterado su compromiso“para intentar conseguir un acuerdo de paz entre israelís y palestinos” y ha prometido hacer “todo lo que pueda para ayudarlos a lograr este objetivo”.

Trump, que ha anunciado que cuenta con la voluntad expresa de Abás y del primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, “para trabajar por la paz”, pronuncia esta palabra continuamente en sus discursos, pero en cambio ha rehuido toda referencia a una solución de dos Estados para el conflicto.

SIN PASOS CONCRETOS

El inquilino de la Casa Blanca insiste en su “verdadera esperanza de que América puede ayudar a israelís y palestinos a forjar la paz y a traer esperanza a la región y a su gente”, pero no ofrece pasos concretos para conseguirlo y concentra toda su energía en pedirle a Abás que se sume a su “lucha contra el terrorismo”

“Llamé (a los líderes musulmanes y árabes en Riad) a sumarse a una asociación para expulsar al terrorismo (de sus países) de una vez por todas. Fue un encuentro muy productivo y muchos líderes acordaron cooperar con nosotros en este objetivo vital”, ha subrayado Trump, satisfecho porque Abás “se comprometió a dar pasos firmes y necesarios para luchar contra el terrorismo y enfrentarse a su ideología de odio”.

Trump se ha desplazado a Belén, a solo 8 kilómetros de Jerusalén, en coche, con una comitiva de 60 vehículos que ha cruzado el murolevantado por Israel en Cisjordania. A este muro no ha hecho referencia en su intervención, ni a los asentamientos que se avistan desde Belén en todas direcciones.

Abás, que ha comentado a Trump que su encuentro en la Casa Blanca en abril llenó de “optimismo y esperanza a todas las naciones de la región”, a pesar de que los palestinos en la calle aseguran no esperar nada de Washington, le ha recordado a Trump cual es el “problema fundamental” de los palestinos.

“Tenemos ganas de mantener la puerta abierta al diálogo con nuestros vecinos israelís (…) Nuestro problema fundamental es la ocupación, los asentamientos y que Israel no ha reconocido al Estado de Palestina de la misma manera que nosotros reconocemos el suyo, hecho que mina la creación de una solución de dos Estados”, ha recalcado Abás.

LEY INTERNACIONAL

El líder palestino ha expuesto de nuevo a Trump sus posiciones: “aceptamos una solución de dos Estados en las fronteras de 1967, el Estado de Palestina con su capital en Jerusalén este, viviendo al lado del Estado de Israel en paz y seguridad y buena vecindad, así como resolver todos los temas para un estatus final basándose en la ley internacional y soluciones legitimadas internacionalmente y otros acuerdos”.

Luego, el rais palestino ha mencionado la “visita histórica” de Trump “a la Jerusalén este ocupada”, en referencia al tour que Trump y su familia efectuaron ayer por la Ciudad Vieja de Jerusalén, que la ley internacional considera ocupada por Israel. Trump fue el primer presidente estadounidense en activo en visitar el Muro de las Lamentaciones y el Santo Sepulcro.

Abás ha acabado diciéndole a Trump que “el conflicto (entre palestinos e israelís) no es entre religiones (…) El problema no es entre nosotros y el Judaísmo, es entre nosotros y la ocupación”.