Como era de esperar, Moscú ha reaccionado con virulencia a laprolongación, este lunes, de las sanciones de la Unión Europea por la anexión de Crimea durante un periodo de un año. Son "ilegítimas", ha declarado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

La batería de medidas impuesta por los Veintiocho como respuesta a la secesión unilateral de la península crimeana impulsada en el 2014 desde Moscú incluyen el veto a las importaciones yexportaciones en los sectores del transporte, las telecomunicaciones y la energía. Además, se prohíben todas lasinversiones y la adquisición de propiedades por parte de empresas de la UE, así como el suministro de servicios relacionados con el turismo, la principal riqueza de la península.

Como resultado, el territorio vive en una situación desemibloqueo: las tarjetas de crédito internacionales no funcionan y los cruceros con bandera comunitaria o controlados por los países miembros que navegan por el mar Negro no pueden hacer escala en ningún puerto crimeano. La construcción de dos plantas para paliar el déficit energético que existe en el territorio debido al corte del suministro de electricidad que venía desde Ucrania acumulaproblemas y retrasos, después de que Siemens se negara a suministrar las turbinas.

GUERRA DE UCRANIA

La decisión adoptada por los ministros de Exteriores comunitarios, reunidos en Luxemburgo, es el anticipo de la prolongación de las sanciones a Rusia por la guerra de Ucrania, donde viene respaldando desde el 2014 al bando insurgente, por un periodo adicional de seis meses. Así lo han dado a entender fuentes diplomáticas

Peskov ha contraatacado asegurando que las sanciones "no solo dañan a Rusia, sino también a los países que las iniciaron".

Las relaciones entre Occidente y Rusia no cesan de empeorar, como lo demuestra la prolongación de las medidas de represalia adoptadas en su día a raíz de la anexión de Crimea y la guerra de Ucrania. En EEUU, el Senado acaba de aprobar, de forma casi unánime, con apoyo de los republicanos y los demócratas, la ampliación de las sanciones a Moscú como respuesta a lainterferencia rusa en las elecciones presidenciales, así como la exigencia al presidente Donald Trump de contar con el apoyo del Congreso para levantar las ya existentes.