La oferta de Theresa May para garantizar los derechos de los 3,3 millones de ciudadanos europeos que quieran seguir en las islas tras el 'brexit' ha sido recibida por el resto de líderes de la Unión Europea con una mezcla de cautela y recelo. La opinión generalizada es que se trata de un “buen comienzo” pero “insuficiente” y demasiado “vago” en los detalles. A Londres le ha costado mover ficha un año, desde que celebró el referéndum que ha desembocado en las negociaciones de divorcio, y los 27 quieren que el proceso entre en velocidad de crucero cuánto antes.

“Es un paso pero este paso no es suficiente”, ha advertido el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, nada más llegar a la segunda jornada del Consejo Europeo. “Es una primera propuesta” pero “hay muchos detalles que todavía están abiertos” y “hay muchos ciudadanos europeos afectados que no están cubiertos por la propuesta. Tenemos mucho trabajo por delante”, ha añadido el canciller austríaco Christian Kern muy receloso ante la falta de garantías. Su homóloga alemana, Angela Merkel, ya dejó claro nada más escuchar a May que sus planes dejan demasiadas incógnitas abiertas.

La primera ministra británica ha presentado su plan como una"oferta muy seria y muy justa" aunque lo cierto es que ha dejado muchas dudas. Su plan concede a los ciudadanos europeos que ya tengan cinco años de residencia legal en el país los misos derechos en materia de sanidad, educación, beneficios sociales y pensiones que un británico. Es decir, un “estatus” como el de los británicos.

Y es que lo único que confirma a ciencia cierta el plan es que todos los europeos que cinco años de residencia legal en el país podrán quedarse tras el brexit con un estatus permanente. Además, planea ofrecer facilidades para obtener los mismos derechos a todos aquellos que lleguen al país antes de la salida efectiva de Reino Unido de la UE. No aclara, sin embargo, cual será la fecha de corte para garantizar el acceso a los derechos aunque admite que tendrá que fijarse entre la fecha de activación del brexit, el 29 de marzo de 2017, y la fecha prevista de salida, el 29 de marzo de 2019 que es la opción defendida por los 27.

POCAS CERTEZAS Y MUCHAS DUDAS

La oferta también plantea que todos aquellos europeos que tienen menos de 5 años de residencia legal en el país en la fecha de corte tendrán derecho a quedarse hasta que alcancen los cinco años tras lo cual podrán optar al estatus permanente. Además, proponen un “período de gracia” de unos dos años para aquellos que lleguen entre la fecha de corte y la salida de forma que también obtengan facilidades para quedarse.

Otras dudas que no ha aclarado May en este primer esbozo es cual será el tratamiento para los familiares, si tendrán derecho a los mismos derechos, si esos derechos serán de por vida como exige el negociador europeo, Michel Barnier, y si será el Tribunal de Justicia de la UE el garante de vigilar que los derechos se respetan como exige. Las explicaciones de May duraron apenas diez minutos y no hubo ningún tipo de debate, según fuentes diplomáticas. Aunque a tenor del balance posterior de algunos dirigentes europeos el choque es evidente. “Las propuestas son particularmente vagas”, se ha quejado el primer ministro belga, Charles Michel. “No queremos un gato en una bolsa. Queremos que los derechos de los europeos se garanticen de forma permanente”, ha exigido. "Tenemos miles de preguntas que hacer", ha declarado el holandés Mark Rutte.

La percepción de Theresa May, en cambio, es que su oferta es buena. “Por supuesto que habrá detalles del acuerdo que son parte del proceso de negociación pero hemos presentado lo que considero es una oferta muy seria y muy justa que ofrecerá confianza y garantías a los ciudadanos europeos que viven en el Reino Unido”, se ha defendido. Según la británica, las negociaciones arrancaron el pasado lunes “de forma constructiva”. El lunes presentará los detalles de su propuesta este lunes ante el parlamento británico.