Ni las presiones de los jefes de estado y de gobierno de la Unión Europea. Ni las aclaraciones realizadas durante la última semana por la Comisión Europea. Ni la presencia de la ministra de comercio canadiense, Christya Freeland, en Valonia para negociar directamente con el ejecutivo regional. Ni los intentos por desbloquear la situación del presidente de la Eurocámara, Martin Schulz. Nada ha dado resultado. El gobierno regional de Valonia mantiene su 'no' al acuerdo de libre comercio entre la UE y Canadá (CETA en sus siglas en inglés), lo que significa que Bélgicano podrá estampar su firma este próximo jueves, tal y como estaba previsto, en la cumbre bilateral UE-Canadá.

El primer ministro belga, Charles Michel, ha anunciado al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que no está en posición de dar vía libre al pacto tras una reunión del comité de concertación de las entidades federadas y el gobierno federal a la que han asistido los ministros presidentes de Flandes y de Valonia. “Se nos ha pedido que diéramos una respuesta clara hoy y la respuesta en este momento es 'no'”, ha indicado a la salida de este encuentro.

Una cita durante la cual el jefe del ejecutivo valón, Paul Magnette, ha reiterado un día más que en “las circunstancias actuales” no pueden responder positivamente a un pacto que terminó de negociarse en el 2014 y que debía firmarse el próximo jueves durante una cumbre en la que estaba prevista la asistencia del primer ministro canadiense, Justin Trudeau.

Bélgica tenía hasta hoy para comunicar su decisión y la respuesta, pese a la urgencia y los intentos al más alto nivel político de los últimos días, no ha cambiado. “Cada vez que se pone un ultimátum hace imposible que haya un debate calmado y democrático”, se quejaba Magnette este lunes. “No vamos a decidir nada bajo ultimátum o presión”, añadía.

POSIBLE APLAZAMIENTO

Los dirigentes europeos, Donald Tusk (UE) y Jean-Claude Juncker (Comisión Europea), así como el belga Charles Michel, tienen previsto comunicarse por teléfono a partir de las seis de la tarde con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau. Y todo apunta que la conversación concluirá con una decisión: el aplazamiento de la cumbre y de la firma. “Veremos qué pasa pero el resultado más probable es un aplazamiento”, asegura un alto funcionario europeo.

Además de Valonia también han dicho ‘no’ el parlamento de Bruselas capital y el parlamento de la comunidad francófona frente al sí de Flandes, de la comunidad germanófona y del gobierno federal. Una división que hace imposible a Bélgica dar su aval como gobierno ya que los pactos comerciales requieren la unanimidad de los 28 para poder ser aprobados. Entre las cuestiones sobre las que Valonia sigue sin estar satisfecha destaca una: los tribunales de arbitraje a crear en el marco del acuerdo a los que podrían acudir las multinacionales para solventar sus litigios con los gobiernos. La Comisión Europea ya ha aclarado que no entrarán en vigor mientras el acuerdo sea provisional pero esta explicación no ha bastado. En Valonia siguen pensando que está vía permitirá a las empresas esquivar cambios regulatorios y leyes y defienden que los conflictos se deben resolver en los tribunales ordinarios.

Pese al revés que supone la decisión, desde la Comisión Europea insisten en que el tratado no está muerto y que seguirán trabajando para firmar el pacto. “Nos hace falta tener paciencia” y “la Comisión Europea sigue estando dispuesta”, ha explicado el portavoz de Juncker asegurando quje Bruselas no ha dado ningún ultimátum.