La vida puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Con solo levantar una puerta, en el caso de Almassora. La salida del cajón del segundo toro de la segunda tarde taurina en honor a la Mare de Déu del Roser avisó del peligro que lleva consigo la fiesta. Por suerte, en este caso, sin consecuencias.

El de Carlos Charro, marcado con el número 21, cogió a un vecino de Castellón, T.F.S.C. de 55 años, que en ese momento se encontraba junto a los barrotes de un cadafal de la Picaora y al que, según fuentes presenciales, no le dio tiempo a entrar a la infraestructura en el momento de la salida del ejemplar, que fue soltado del cajón situado en un extremo de la plaza. Tras levantarlo hasta en tres ocasiones por los aires, el herido fue trasladado de inmediato a la enfermería del recinto, donde el doctor Traver solo tuvo que atenderlo de unos golpes. Un milagro para todos aquellos que presenciaron la cogida.

El astado, patrocinado por los cadafals de La Picaora, La Pau, Bugs-Bunny, Pensat i fet, Els Amics, Més que amics, l’Om blanch, Suso, Gandia, l’Engravà, El Pardal, Numereu-vos, La Caldera, Les Dos y Flota-fil, entró cuatro veces a la chaqueta de Patricio, en el mismo sitio en el que había tenido lugar el percance. Una imagen que consiguió levantar los aplausos de unos tendidos que estuvieron angustiados hasta que llegaron buenas noticias desde la posta sanitaria ubicada en la calle San Isidro.

LESIÓN DEL PRIMER TORO // Con la reina, Paula Muñoz, y sus damas, Cynthia Broch, Mireia Claramonte, Marina Esteve, Andrea Gas, Elena Martínez, Noelia Museros, María Ortiz, Andrea Suárez, presidiendo la exhibición desde el balcón de Ca la Vila, salió a la arena de la plaza Mayor Rascatripas. El de Gerardo Ortega, financiado por la peña El Caragol, fue recibido por Julián Marín. Todo un honor que le concedió haber recibido el trofeo de Mejor Recorte de salida que concede la peña.

Marín lo rodó varias veces en el centro de la plaza con una faja roja en la mano dándole ventaja al animal, que se fue a las calles. Poco más de cinco minutos después y ya en la calle Mayor, el número 7 de Gerardo se resintió de una lesión en los cuartos delanteros que obligó a devolverlo a corrales a las 18.12 horas. Un hecho que lamentaron tanto los componentes de la entidad, que vieron cómo chispeó antes del toro como manda la tradición, como los cientos de aficionados. H