Benicàssim despidió ayer oficialmente las fiestas en honor a Sant Antoni, que se han celebrado del 16 al 22 de enero, marcadas especialmente este año por el frío, el viento y las lluvias con el fuerte temporal que ha acechado la provincia. Los actos pirotécnicos de fin de festejos, un taller para niños que se tenía que celebrar por la tarde por los Diables de Castelló, el Correfocs y el castillo de fuegos artificiales quedaron anulados por el viento.

El concejal de Fiestas, Arturo Martí, anunció ya por la mañana, mediante un comunicado, la suspensión de los espectáculos pirotécnicos contemplados para esta última jornada tras consultar la previsión meteorológica en emergencias de la Generalitat Valenciana y la Aemet (Agencia Estatal de Meteorología), que anunciaban rachas que podían ser superiores a los 70 kilómetros/hora.

El municipio se encontraba ayer en alerta naranja por la fuerza del viento en el litoral, con una previsión de alcanzar fuerza 8 (de 62-74 Kms/hora), un anuncio que desaconsejaba técnicamente y por seguridad el disparo de cualquier tipo de fuegos artificiales. La decisión se adoptó por la mañana, tras una reunión entre los responsables de la pirotecnia y los técnicos de seguridad municipales, junto a la alcaldesa, Susana Marqués, y Martí, para evitar cualquier posible riesgo tanto en el montaje como en el posterior disparo de los cohetes.

El resto de la programación taurina sí se mantuvo mientras la climatología respetó la celebración. A mediodía, corrieron las reses de la ganadería de Jaime Tárrega en el encierro por el paseo Pérez Bayer; y, por la tarde, los aficionados disfrutaron en la plaza de la última sesión taurina de las celebraciones, con una exhibición de astados del mismo hierro. La entrega de premios de la Coqueta, en el polideportivo municipal, cerró la agenda.