El pleno de Benicàssim aprobó ayer el presupuesto para este año, que asciende a 25.849.917,88 euros -unos 650.000 euros menos que el anterior-, con el apoyo en solitario del gobierno popular y los votos en contra de los partidos de la oposición (PSPV, EU y Bloc), salvo la abstención de la exedila de EU Inmaculada Mas.

Las nuevas cuentas están marcadas por la rebaja del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), por el que el consistorio deja de ingresar 1,5 millones de euros. Una operación que ha conllevado cierta “restructuración y reajuste de las previsiones que ha retrasado su aprobación”, según aclaró la alcaldesa, Susana Marqués.

Y es que el actual montante presenta cambios como la disminución de un 9,64% de todas las partidas del gasto corriente como medida de política de austeridad. Sin embargo, señaló que se intentará suplementarlas “con el ahorro obtenido de las diferentes contractualizaciones”, añadió.

El apartado de gastos asciende a 25.260.473,80 euros, mientras el presupuesto ha sido aprobado con un superávit de 589.444,08 euros. Por otro lado, las retribuciones permanecen invariables.

Marqués también recordó que las subvenciones “se mantienen” y las tasas “siguen congeladas”. Mientras, se destinan 1,22 millones de euros a inversiones como la renovación de alumbrado, aceras, asfaltado, instalaciones depuradora, obras de la cafetería y el gimnasio de la piscina, un módulo accesible para minusválidos en la playa, concluir los vestuarios del polideportivo o seguir pagando el proyecto del bulevar.

Además, las cuentas actuales contemplan una partida de alrededor de “53.000 euros para el nuevo plan de empleo social” que el Ayuntamiento pretende repetir este ejercicio. H