La empresa Dragados está pendiente del préstamo ICO, anunciado por el Gobierno central y al que podrán acogerse los ejecutivos autonómicos para cancelar las deudas con sus proveedores, para retomar las obras de la reforma integral del Teatro Payá. Durante los últimos meses las conversaciones entre el Ayuntamiento, la mercantil y la Generalitat han sido constantes, pero hasta que no se haga efectivo algún pago no se desbloqueará el proyecto.

Una reactivación que, por tanto, tan solo será posible si el Consell abona la deuda que mantiene con la adjudicataria, quien retomaría los trabajos para finalizarlos en unos dos meses.

De esta forma, lo que debe la Generalitat respecto a la obra ya realizada se pagará con el dinero procedente del préstamo del Instituto de Crédito Oficial, mientras que para la todavía no ejecutada se emitirán unos avales que permitirán a la empresa acudir a la financiación bancaria para cobrar el trabajo realizado.

De hecho, el alcalde de Burriana, José Ramón Calpe, aprovechó el lunes la visita a la ciudad del presidente, Alberto Fabra, para reclamarle una solución para el Payá. “Me mostró su preocupación y dijo que los esfuerzos iban dirigidos a regularizar cuanto antes, no ya el caso concreto de Burriana, sino el problema general del plan Confianza, porque es consciente que causa la paralización de muchas actuaciones”.

Se trata de la solución que se está tratando de dar porque “parece que la Generalitat tiene interés en ponerse al corriente de los pagos a sus proveedores”, dijo Calpe, quien añadió que, paralelamente, “también se intenta con Dragados que haga el esfuerzo de finalizar la obra, por cuanto más problema puede suponer tener el edificio paralizado mucho tiempo, ya que eso conlleva un coste económico y, es más, puede acarrear también algún deterioro que aún lo complique más”.

Por su parte, el edil de Cultura, Enrique Safont, señaló que la remodelación del Teatro Payá “es una obra referente del plan Confianza en la provincia y hay que hacer un esfuerzo para acabarla”. El proyecto supone una inversión de casi seis millones de euros y tenía un plazo de ejecución inicial de un año, aunque ya están a punto de cumplirse los dos.