El balance económico del presente mandato que ayer realizó el alcalde de Castellón, Alfonso Bataller, anticipó en clave municipal el eje argumental que esgrimirá como candidato del PP en la inminente campaña electoral para intentar revalidar la mayoría absoluta: la reducción del endeudamiento a niveles del 2005 y la estabilización de las cuentas como anticipo de una recuperación que, en su opinión, ya se palpa.

Alfonso Bataller compareció en el salón de plenos junto a los dos concejales que han tripulado el día a día de las cuentas --Juan José Pérez Macián y José Masip-- para realizar un exhaustivo resumen de la evolución económica. “Se ha incrementado la actividad y las ventas en el comercio y hemos mantenido la calidad de los servicios sin tocar el gasto social”, resumió Bataller para defender, a modo de ejemplo, que “hemos aumentado las cantidades destinadas a los programas de dependencia o discapacidad”.

El alcalde se encontró al llegar al cargo en el año 2011 una deuda bancaria de 97,5 millones, más los 48,8 millones en facturas impagadas a proveedores que afloraron en junio del 2012. En la actualidad, el pasivo bancario ronda los 95 millones y los atrasos de facturas se situaban, a finales del 2014, en 5,9 millones. “La deuda cero no es un buen objetivo porque la ciudad necesita crecer, tenemos que ser suficientemente ágiles en la gestión y no caer en los cuentos de la oposición, que promete proyectos sin saber nada de las cuentas municipales”, señaló Bataller.

El primer edil resaltó que el presupuesto del 2014 cerró con un remanente de tesorería positivo (superávit) de 3.448.139 euros y un grado de ejecución del 95,49%. “El gasto corriente se situó en el 40% y solo en alquileres y en ahorro energético reducimos el gasto en 6 millones”, aseguró. “También hemos logrado rebajar el periodo de pago a proveedores de 150 a 13 días”, añadió en otro síntoma de que, según remarcó, “la recuperación y la estabilidad económica es una realidad constatable”. “Hemos dado una vuelta de tuerca a la economía municipal con una política fiscal redistributiva”, concluyó Bataller. H