Poco antes de las once de la mañana de ayer comenzó la celebración de una misa en la que la ciudad de Castellón rindió homenaje a la figura de San Nicolás de Bari. Era el primero de una serie de actos que a lo largo de todo el día recordaron a los castellonenses más fieles una efeméride que aglutina a decenas y decenas de feligreses y ciudadanos de la calle Alloza y los alrededores.

La parroquia se llenó durante la homilía, a la que no faltó el vicealcalde de la capital, Javier Moliner, y varios concejales del equipo de gobierno, como Gonzalo Romero, Miquel Soler, Carmen Albert y José Masip. Todos ellos, por cierto, fueron los encargados de encabezar la procesión que tras el acto litúrgico recorrió las principales calles del centro de Castellón. Junto a ellos, numerosos vecinos, que no quisieron faltar en este particular itinerario en el que se acompaña a la venerada imagen del santo y que se repite puntualmente todos los días seis de diciembre.

HISTORIA LOCAL // La ermita urbana de Sant Nicolau en el Carrer d’Amunt, que así es como se conocía antiguamente y que corresponde a la actual calle de Alloza, era la antigua mezquita de los moros de Castellón. En 1535 los musulmanes conversos de la ciudad recibían instrucción religiosa en su mezquita, convertida ahora en iglesia bajo la advocación de San Nicolás de Bari.