Cientos de personas, principalmente jóvenes, salieron ayer a la calle en Castellón para protestar por los recortes y las cargas policiales de Valencia. Lo hicieron en una manifestación (no comunicada a la Subdelegación del Gobierno) que duró más de dos horas y media y discurrió por las principales arterias de la ciudad, provocando cortes de tráfico y caracterizada por la discreta presencia policial, que no respondió a los desafíos e insultos.

La manifestación arrancó sobre las 18.00 horas de la plaza María Agustina. Un grupo de jóvenes disfrazadas de arlequín y otros motivos circenses portaban un cartel alusivo L’Educació no és un circ. Otros llevaban pancartas como Som el futur i ens tracten com el cul o Yo también soy el enemigo. Se vio una máscara de Anonimous, banderas de la República, de los Països Catalans y de las Brigades Antifeixistes. Los manifestantes eran principalmente jóvenes, aunque también había funcionarios, representantes sindicales y de partidos políticos. Noelia Rodríguez, empleada pública, explicaba su asistencia: “Me parece fatal; se han pasado tres pueblos y estoy en desacuerdo también con los recortes en educación”.

Àlex Tejedor, de la Coordinadora d’Estudiants dels Països Catalans (CEPC), entidad convocante, cifró en unos 2.000 los manifestantes pero la Policía Local los dejó en 700. Tejedor aseguró que tres eran las reivindicaciones de la protesta: “La puesta en libertad de los compañeros represaliados; la dimisión de la delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León, y que la Generalitat liquide la deuda total con la enseñanza”.

LEMAS // La multitud partió de la plaza María Agustina, frente a la subdelegación del Gobierno, donde se produjo el primer corte del tráfico. La presencia policial, discreta, se limitó a agentes de Policía Local que cortaban el tráfico a medida que la comitiva avanzaba por las principales arterias como la avenida del Rey en Jaume. Podían oírse lemas tales como Antes eran grises, ahora son azules o Como en Grecia arderá Valencia.

A continuación se dirigieron a la vivienda de Alberto Fabra. Profirieron gritos contra el presidente de la Generalitat, pidiéndole que saliera al balcón. Desde allí avanzaron por la ronda Magdalena hasta la Farola, donde se produjo una sentada que cortó la plaza de la Independencia mientras sonaban los cláxones de los conductores. Por el centro los estudiantes exhibieron libros como armas frente a las agresiones.

Hubo gritos como “Ser policia vergonya em donaria” o “No sou valents pegant els xiquets”, pero los agentes no respondieron. Después, la marea humana se dirigió a la Dirección Territorial de Educación, provocando el corte al tráfico de la avenida del Mar, donde un conductor se puso nervioso, pero fue obligado a detener el paso sin mayores consecuencias.

EN COMISARÍA // También cortaron la ronda Este. Finalmente, se dirigieron a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, donde pegaron dos señales de peligro en las que se podía ver a niños huyendo de la policía. El portavoz del CEPC leyó un manifiesto: “Un abrazo solidario para los compañeros represariados en Valencia. Somos una juventud despierta y combativa. Las cargas son indiscriminadas. No daremos un paso atrás en la defensa de la enseñanza pública. El 29-F hay que ir a la huelga. Pedimos la dimisión de Paula Sánchez de León, como responsable. Frente a la represión, solidaridad”, concretó.