La plantilla del Castellón ya ha perdido toda esperanza de que Fernando Miralles pague las tres mensualidades que debe antes del fin de semana y, en consecuencia, la huelga es una realidad a menos de 72 horas del partido en Castalia frente al Llosa.

Así, pues, solo un milagro evitará un nuevo capítulo de los más negros en la casi nonagenaria historia de la entidad: la no comparecencia del Castellón por un plante de sus futbolistas debido a los impagos. El empresario de Figueroles solo lo evitará abonando la totalidad de la deuda, una cantidad en torno a los 50.000 euros, que es a lo que asciende cada mensualidad de esta aligerada plantilla, reducida a solamente 15 de los 22 futbolistas que comenzaron la temporada.

Además, con la marcha de los Juanjo, Miguel Ángel, Aridani, Eduard o Raúl Rodríguez (por citar algunos), el Castellón se desprendió de las fichas más altas. Ahora, el sueldo medio de los que siguen como albinegros está alrededor de los 800-1.000 euros.

PROSIGUE SU CURSO // El caso es que la huelga prosigue su curso, después de que en la tarde de ayer la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) notificara su convocatoria a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y ésta, a su vez, la trasladara a la Federación de Fútbol de la Comunitat Valenciana (FFCV), que informó tanto al comité territorial de árbitros (González Álvarez es el designado) como al adversario (el Llosa, pase lo que pase, sí vendrá).

Con todo, como la de esta mañana en Castalia será la última sesión de la semana, la plantilla votará, de forma definitiva, sobre el plante. Sin embargo, esta vez no parece probable que se eche para atrás, a diferencia de lo sucedido en abril, porque transmite una sensación de unidad.

Y Miralles, ¿qué? Pues no aparece por el estadio desde el martes y no atiende al teléfono, entre ellas a las llamadas de Mediterráneo, así que todo apunta a que, con su talante, propiciará la huelga.