Vivimos momentos difíciles, muy difíciles. No conocemos a nadie que no esté preocupado por lo que está sucediendo en España. Hay vecinos de Nules que han sentido la necesidad de colgar banderas nacionales en las fachadas de su casa y tan pronto como lo han hecho han sido tachados de fascistas por quienes solo entienden un discurso, el suyo.

La situación es tan tensa, que un concejal de nuestro Ayuntamiento denuncia haber recibido un insulto por su alineación con tesis independentistas y antiespañolistas, una acción que reprobamos sin paliativos, porque el que insulta pierde de inmediato la razón.

Aunque no deja de ser paradójico que haya quien exhiba una memoria tan selectiva y una vara de medir tan flexible. Solo hace falta pegar un paseo por los perfiles de redes sociales de quienes dicen ahora sentirse afrontados, para comprobar como los insultos y las faltas de respeto contra nuestro portavoz o quienes formamos parte del PPson de lo más habitual.

acusaciones

No han dudado en acusarnos de lo escrito en una nota anónima que ninguno de nosotros suscribimos ni toleramos, mientras no dejan de atacarnos sin respeto personal, ni institucional. Para esos ataques no hay condena.

Ese es el resumen: exigen democracia, respeto y diálogo, pero solo para ellos.Para el PP los insultos y los ataques les gustan, les parecen legítimos, incluso divertidos y los utilizan habitualmente.

En el Partido Popular de Nules estamos por la democracia, el respeto de las leyes y la unidad de este país que no tiene propietarios particulares, porque es de todos.

Y mientras pasan todas estas cosas, en el pleno nueve concejales que nada tienen que ver entre ellos, ni siquiera en algo tan fundamental como su concepto sobre la unidad de España, se dedican a estar permanentemente a la defensiva contra los únicos que tenemos un apoyo ciudadano mayoritario y sin interpretaciones.

fiestas

Aprueban un programa de fiestas que nos va a costar cerca de 30 millones de las antiguas pesetas, sin una justificación razonable, porque mirar los actos propuestos nos lleva a no entender cómo han podido llegar a gastarse tanto dinero.

Aunque eso es lo suyo. Lo suyo es gastar felizmente para que parezca que hacen, mientras dejan pasar de largo importantes subvenciones lo que refuerza su mensaje político: la prioridad es mantener bien vistosa la fachada, da igual que por detrás la estabilidad se desquebraje paulatinamente pero de forma irremediable.

¿batalla perdida?

Pedirles que se centren igual es ya tarde, porque llegan con mucho retraso a sus responsabilidades; pedirles el mismo respeto que exigen al resto... igual también es una batalla perdida, porque no saben lo que es mirar más allá de su ombligo.