El alcalde de Nules, Mario García, defendió la necesidad de clarificar cuáles son los usos compatibles con la declaración de la Marjaleria como zona húmeda, preocupado especialmente por la gran cantidad de propiedades agrícolas, sobre todo de cítricos, “que necesitan una regulación clara plasmada en el futuro plan que pretende ordenar la situación en la marjal de Nules-Burriana”.

Esta fue una de las principales reivindicaciones que defendió García en la reunión que mantuvo ayer con la consellera de Infraestructuras, Isabel Bonig; el concejal de Urbanismo de Nules, José Manuel Casaus; y el alcalde de Burriana, José Ramón Calpe.

En el encuentro también expuso la necesidad de “diferenciar las propiedades ubicadas en la cuenca de afección, tanto viviendas como terrenos agrícolas, de las que se encuentran en el área específicamente protegida por el catálogo de zonas húmedas, dado que el grado es bien distinto”.

Por su parte, la consellera anunció que en unos días facilitarán a los dos ayuntamientos un primer documento de trabajo en el que se plantean las bases de lo que será el futuro plan especial de dinamización económica de la zona y de regeneración ambiental de la marjal. A este respecto, el alcalde de Nules destacó que “se trata de un primer borrador en el que se ha plasmado el trabajo de los técnicos hasta el momento, así como las principales líneas de regularización” en las que se fundamentará el futuro documento.

TRABAJO PENDIENTE

Para el munícipe nulense, “es pronto para avanzar las líneas principales del documento porque queda mucho por hacer. Los especialistas de la administración autonómica han hecho su parte y ahora es el turno de los ayuntamientos, que debemos estudiar este primer borrador y aportar lo que consideremos necesario, pero lo que tenemos claro es que vamos a asegurarnos de que se da respuesta a las inquietudes de los vecinos”.

Asimismo, el alcalde de Burriana se mostró satisfecho por el impulso de la Generalitat a la tramitación del plan y afirmó que el Ayuntamiento de Burriana seguirá trabajando en paralelo con el proyecto de minimización del impacto ambiental de las construcciones en la Marjaleria.

“Allí existen muchas viviendas anteriores a cualquier legislación y debemos dotarlas de los mínimos servicios que garanticen, entre otras cosas, la protección a la marjal para evitar problemas como, por ejemplo el vertido de aguas residuales”, finalizó.