El repique general de campanas volvió a motivar ayer quejas vecinales, en concreto las de los organizadores del festival Nules Sona, que se vieron obligados a parar una actuación musical infantil porque su estruendo imposibilitaba escuchar a La Pop, Petita Orquestra Peiotaire, grupo con el que cerraban su programación.

Este concierto coincidía con la conmemoración de una tradición religiosa local: la fiesta de Els Combregars, que consiste en llevar al Santísimo al domicilio de los feligreses enfermos, para que puedan tomar la Comunión.

El párroco, Esteban Badenes, explicó que esta celebración tiene lugar «todos los años el domingo siguiente a las Camareras». Según señaló, las campanas sonaron «para los toques de misa y durante los combregars», lo que supuso que desde las 10 de la mañana el repique fuera constante.

Responsables de la organización del Nules Sona, sin embargo, no dudaron a la hora de manifestar su malestar, tildando de «vergonzoso y lamentable» lo que sucedió en la plaza Mayor, sumándose así a las quejas que en su día ya plantearon algunos ciudadanos, pidiendo mediante una recogida de firmas que se limitara este repique general.

El concejal de Cultura, Ramón Canut, se limitó a decir al respecto que «por el bien de los vecinos, estaría bien que la normativa sobre contaminación acústica contemplara también la que pueden provocar las campanas».