Aunque la 'cremà' puso ayer el broche de oro a la jornada y a las fiestas josefinas, en la Vall, por la mañana se celebró la misa en honor a Sant Josep en la iglesia de la Mare de Déu dels Desamparats. Aunque el oficio religioso empezó a las 12.00 horas, las seis comisiones y la Junta Local Fallera se concentraron en la plaza del Centro una hora antes para desfilar hasta el templo. Durante el recorrido, recibieron los aplausos de un buen número de valleros.

Tras la homilía, el epicentro de las celebraciones se trasladó a la plaza del Mercado con la tradicional mascletà a cargo de la pirotecnia local Peñarroja. Durante siete minutos, el ruido de los cohetes y carcasas llenó el ambiente. Al no haber falleras mayores, las representantes de cada agrupación presidieron el acto, junto al alcalde, Óscar Clavell, y los miembros de la Junta Local Fallera, con Elena Vicente-Ruiz como presidenta.

Pero no todo fue fervor religioso ni llamas, ya que durante todo el día no faltaron las últimas comidas y cenas de hermandad en los casals. Y es que los falleros tenían fuerzas para apurar las últimas horas. Entre ellos, Corts Valencianes-Polígon III celebró una deliciosa merienda en su carpa, que se completó con un bingo popular. Otro de los atractivos fue la tradicional feria que se instala alrededor de l’Ambient.