Unas 2.000 personas mostraron ayer su interés por formar parte del equipo de 40 personas que trabajarán en el nuevo restaurante que la cadena McDonald’s ultima en Vila-real y que pretende abrirse en un mes.

Esta es la cifra que los responsables de la firma contabilizaron, aunque solo 550 de ellos pudieron acceder al Auditori Municipal --es el aforo máximo del recinto cultural-- para realizar las correspondientes entrevistas. El resto tuvo que conformarse con entregar los currículos, mientras que quienes llegaron una vez iniciado el proceso de selección deberán aportarlos ya en el establecimiento de comida rápida, una vez abra sus puertas al público.

Y es que, a las 9.00 horas, la cola de gente interesada en presentarse al casting daba la vuelta a media manzana, lo que evidenciaba el atractivo que generaba la oferta laboral en una ciudad y una comarca especialmente castigadas por el desempleo.

Antonio Criado, gerente de la franquicia en Vila-real, manifestó su satisfacción por la gran respuesta ciudadana a este procedimiento selectivo, que se alargó durante seis horas y del que saldrán las 40 personas que trabajarán en el nuevo McDonald’s.

PETICIÓN

Por su parte, el concejal de Fomento Económico de Vila-real, Pasqual Batalla, se congratuló por la oportunidad laboral que supone la apertura de este restaurante e informó que “le hemos pedido a la empresa que priorice la contratación de vila-realenses que estén en paro”.

Respecto al acto de ayer en sí, el franquiciado indicó que “en primer lugar se ha proyectado un vídeo de presentación y se ha informado a los aspirantes del tipo de trabajo a realizar, los salarios y otros detalles que necesitan saber para, posteriormente, empezar con los turnos de entrevistas”.

Se trató, la de ayer, de una cita a la que asistieron ciudadanos de muy diversas edades, pero con un objetivo común, encontrar un trabajo que les arranque, aunque tan solo sea a tiempo parcial, de las garras de las listas del Inem.

“Hay que hacer lo que sea preciso para que entre algo de dinero en casa”, aseguraba Ángela Amposta, de 49 años y que recientemente finalizó sus tareas temporales en un almacén de naranjas.

Crítica también es la situación de César Fernández, un joven de 23 años con dos hijos a su cargo. “Me da igual el horario que tenga, necesito trabajar porque ya llevo un año y medio en el paro”.

TESTIMONIOS

Entre los candidatos también hubo un buen número de estudiantes. Era el caso de Raúl Martín, un vila-realense de 20 años que cursa Ingeniería de Edificaciones. “Ha surgido esta oportunidad y me vendría bien este trabajo para los fines de semana, para ganar algo de dinero que, conforme están las cosas, hace mucha falta”, manifiesta.

“Trabajar es lo principal, aunque veo muy difícil ser una de las seleccionadas porque hay muchísima gente para entrar”, apuntaba Silvia González, de 28 años.