Los bombos y tambores fueron ayer protagonistas indiscutibles del Domingo de Ramos en Vila-real. Y es que, tras la bendición de las palmas y ramos que tuvo lugar en las iglesias, la popular Tamborrada se adueñó del centro de la ciudad, donde participaron unos 250 músicos de las nueve cofradías y hermandades locales que cuentan con banda de música.

El acto, recuperado en el 2012, y con un carácter local que, por encima de todo, se han propuesto potenciar desde la Junta Central de Semana Santa, ha sido organizado, en esta ocasión, por la Cofradía de la Virgen de los Dolores, ya que en la edición del año pasado fue la de Nuestra Señora de las Angustias la impulsora.

A las 12.30 horas, la plaza Mosén Ballester acogió la concentración de las bandas. El teniente de alcalde Pasqual Batalla fue el encargado de iniciar el encuentro, que recorrió las calles de La Sang, Major Sant Jaume, plaza de La Vila y plaza Major, donde la Hermandad Franciscana de Tierra Santa, el Santo Sepulcro, el Santísimo Cristo del Hospital, la Purísima Sangre y Virgen de la Soledad, la Hermandad de la Santa Faz, la Venerable Orden Tercera del Carmen, Santa María Magdalena, Santa Cruz, Nuestra Señora de las Angustias y la cofradía organizadora fueron haciendo acto de aparición tras el anuncio de Pepe Chiva.

Cada agrupación, compuesta por miembros de todas las edades, realizó exhibiciones individuales y, una vez finalizada la intervención de la cofradía de la Virgen de los Dolores, el músico vila-realense Rafael Beltrán fue el encargado de dar el toque inicial, que dio paso a una gran rompida colectiva de los bombos y tambores, que sirvió para recibir, entre los aplausos de un público emocionado, a la Semana Santa, que dará paso a partir de mañana martes a numerosos actos religiosos, como la procesión infantil o el desfile del miércoles. H