La XIV Feria Motor-2 de Vila-real cerró ayer sus puertas con la sensación de haber vivido una de las mejores ediciones de los últimos años. Y es que la crisis que tanto afectó al sector automovilístico hace unos años, parece haber dado una tregua, especialmente al vehículo de ocasión.

Al menos, así lo constataron algunos de los expositores instalados en la plaza del Llaurador, quienes afirmaron que esta edición ha sido “prácticamente igual de movida que la anterior, en cuanto a afluencia”, pero algo más efectiva en cuanto a nivel de ventas. O al menos, así esperan constatarlo en los próximos días, ya que, a las operaciones realizadas in situ en la muestra -que se aceleraron durante la tarde de ayer-, se suman otros tratos que se han alcanzado con compradores particulares que en los próximos días deben acudir al concesionario a cerrar la compra.

Desde uno de los expositores explicaron a Mediterráneo que “hay muchos paseantes, pero algunos se convertiran en clientes, ya que en próximos días esperamos que acudan a efectuar la transacción”. Asimismo, prácticamente todos constatan que “más que buscar un coche, buscan un precio, y ese está entre los 4.000 y los 6.000 euros de media”.

Sin embargo, desde otro de los concesionarios aseguran que “en nuestro caso el presupuesto medio que están dispuestos a gastar los clientes está sobre los 15.000 euros, eso sí, quieren coches muy equipados”. Los utilitarios de tamaño mediano han sido los más buscados, aunque también y los monovolúmenes o furgonetas.

Además, destacan que “ahora se mira más el presupuesto y regatean” y añaden que “a pesar de todo, la gente opta por financiar, ya que hay buenas condiciones”.

El concejal de Economía, Pasqual Batalla, señaló que “los expositores están contentos y hay optimismo, porque han cerrado más operaciones que en el 2014 y el hecho de ir a más es algo que nos motiva, puesto que hemos trabajado para que este evento se convierta en un referente para un sector castigado por la crisis”. H