Las peñas de Vila-real vivieron anoche la última de las citas multitudinarias que organiza la Comissió de Penyes en el marco de las fiestas patronales en honor a la Mare de Déu de Gràcia. La cita no era otra que la macrocena de peñas que, de nuevo, estuvo marcada por el color y la originalidad que impusieron los disfraces con que iban ataviados los asistentes.

Unos 1.500 fueron los peñistas que asistieron al evento gastronómico y festivo. Desde media tarde ya se paseaban por las calles de la localidad todo tipo de personajes, tanto históricos como de cómic o de ficción. Todos ellos fueron desembocando en la plaza Major, donde tuvo lugar la cena.

Por allí se vio a los integrantes de El Vermelló ataviados de egipcios --con momia incluida--, o los de Bandolers vestidos de ladrones de guante blanco y con antifaz y traje a rayas; los de Borratxo l’Últim, disfrazados de futbolistas (ellas) y de animadores (ellos); o los de Fem Festa de lápices (ellos) y de sacapuntas (ellas).

Y hubo peñas que no participaron en la cena pero sí que se caracterizaron para vivir la fiesta en sus casals o en los de otras entidades. Como ejemplo, los de Galifardeu, Desori y Sifó se citaron en la sede de este último colectivo. H