El nuevo plan urbanístico que afecta al Madrigal y que si llega a buen puerto remozará por completo la plaza del Llaurador, fue presentado ayer por la concejala de Deportes, Silvia Gómez, y el alcalde, José Benlloch, a los clubs deportivos que entrenan en el pabellón Campió Llorens. Se les trasladó así la propuesta de derribo del polideportivo y su sustitución por otras instalaciones para la práctica deportiva.

“Se trata de una instalación muy antigua, por lo que subsanar todas las deficiencias que presenta para su puesta a punto supondría un gasto de unos 300.000 euros, un desembolso muy importante para las arcas públicas en estos momentos”, explica Gómez, quien asegura que por este motivo querían conocer la opinión de los usuarios, “para valorar, de forma consensuada, las diferentes opciones existentes para sustituir estas instalaciones por otras en mejores condiciones para la práctica deportiva”.

El alcalde, José Benlloch, afirma que “como siempre, en todos los casos en los que se ha tenido realizar obras”, han “buscado las opiniones de todos los colectivos implicados, y se han propuesto las soluciones y alternativas más viables, como ha ocurrido recientemente en el caso de la demolición de los antiguos juzgados”.

TODAS LAS DISCIPLINAS // Gómez añade que la intención era que los asistentes -representantes de aproximadamente una decena de clubs de fútbol sala, balonmano, kárate o baloncesto-, “recibieran información de primera mano y pudieran conocer las valoraciones del consistorio y plantear las suyas para que sean escuchadas”.

De todos modos, una de las premisas planteadas por el Ayuntamiento en el encuentro ha sido la de “mantener los servicios, construyendo un nuevo pabellón que ofrezca las mismas posibilidades que el actual, gasto que asumiría el Villarreal”. Asimismo, se ha propuesto, como solución provisional, y en caso de derribar el actual recinto sin tener otro en funcionamiento, ubicar a los clubs en el Centre de Tecnificació Esportiva (CTE), opción que los usuarios deberán estudiar. H