Ni el mal tiempo pudo con el chef Becerra. Un año más, y en unas circunstancias más difíciles que en otras ocasiones, elaboró una paella para 6.000 comensales a los pies de la ermita de la Magdalena. «No ha quedado ni un gramo, por lo que o estaba muy buena o la gente tenía mucha hambre tras la Romeria», explicó el cocinero.

El evento, que fue organizado por el periódico Mediterráneo y estuvo patrocinado por Dacsa, Amstel, el Centro Comercial Salera, Coca-cola y Alcampo, se desarrolló bajo una fina lluvia que no pudo con los miles de castellonenses que hicieron el histórico recorrido entre el centro de Castellón y el ermitorio desde el que los primeros pobladores bajaron para fundar la ciudad.

Becerra utilizó 600 kilos de arroz, 1.000 kilos de carne entre la costilla, el pollo y el conejo, 50 kilos de tomate, cuatro kilos de azafrán y, por supuesto, la mejor verdura autóctona. No faltaron los bajocons, el pimiento y las judías verdes, que junto a la carne hicieron bueno el caldo.

La lluvia condicionó el proceso de elaboración del plato valenciano por excelencia. En primer lugar, porque tanto el cocinero como sus ayudantes acabaron tan mojados que tuvieron que cambiarse antes de probarla. Además, según indicó el chef, la lluvia también dificultó el cálculo del agua que echó para el caldo. «Normalmente siempre utilizamos la medida estándar, el doble de agua que de arroz, pero en este caso optamos por tirar un poco menos, porque la que caía del cielo ya lo compensaba», aseguró.

Experiencia

El chef lleva 34 años elaborando la paella de la Magdalena con su deliciosa receta, que sirve a los miles de romeros para reponer fuerzas tras la peregrinación. En esta ocasión no fue distinto y los comentarios de los castellonenses fueron en general muy buenos. También la degustó el propio Becerra, que quedó satisfecho con el resultado. «La gente aguantó de forma estoica la precipitación y el viento, y el evento ha sido un año más un auténtico éxito de público», apostilló.