Vive «al máximo» el que define como «un año único». El madrinazgo de Claudia Ortuño Salvador es el de un «sueño», una «ilusión» y un «orgullo», tres palabras que se repiten en una conversación llena de espontaneidad, respeto y compromiso por la fiesta de Castellón y por su sector, el de l’Armelar.

A sus 18 años, esta castellonense de familia arraigada en la tradición estudia 1º del grado de Cocina en la Escuela de Hostelería Costa Azahar de Castellón, preparándose para sentir día a día una de sus pasiones: ponerse frente a los fogones, creando nuevas recetas. «Me encanta cocinar, preparar cosas, experimentar», señala la joven madrina de la 4. «Medio en secreto», dice, mientras alude a que le encanta «leer, sobre todo ciencia ficción», esconde la necesidad de «escribir, de contar historias, inventarlas y darles vida». Empuje y decisión no le faltan a esta joven, implicada con lo que representa el madrinazgo y representar al sector en este 2018.

Es su tercer año en gaiata, el segundo en l’Armelar, previo paso por la 13 Sensal, aunque toda la vida ha «sentido y amado las fiestas», se he vestido «de labradora desde pequeña». Con especial cariño recuerda a su abuelo, Ramón Salvador, con el que aprendió «el Pregó de Castelló cada año cuando lo trascribía en los pergaminos «para los pregoneros de su puño y letra», explica. «En su casa hay uno muy especial, dedicado a mi abuela, Mari Peiró», señala, apelando a ellos al hablar del amor por las fiestas de Castellón, que siente «en el centro del corazón». Su hermana mayor, Ana, ya fue madrina de Sensal hace dos años y esa experiencia la traslada ahora a Claudia. «Es un gran apoyo», confiesa. Y sus padres, Ana y Vicente, «que lo dan siempre todo», subraya.

MUCHOS ACTOS // Claudia anima a todos a entrar en gaiata. «Las fiestas son muy diferentes. Parece un tópico, pero es la realidad», incide, explicando que «es un año con muchos retos, con muchos actos», entre los que destaca «la Ofrena, sobre todas las cosas, por emoción y sentimiento», y la «subida a la Magdalena», en una Romeria que para ella «va unida a un sentimiento de familia».