Energético y enamorado de un oficio del que fue pionero y es gurú para muchas generaciones posteriores. Adalid de las paellas monumentales (y también de las grandiosas tortillas de patata, fieduàs, barbacoas...). Pepe Becerra, el chef Becerra, con el recuerdo constante a su amigo y compañero Enrique Querol, el que fuera ilusionado e ilusionante comercial de Mediterráneo, relata su «felicidad», su pasión desbordante en lo que considera perfectamente «un arte», su especialidad entre fogones.

-¿Cuándo empezó con esto de las paellas monumentales?

-Fue en el año 1989. Con mi amigo Enrique Querol. Pensamos que se podía hacer una paella monumental para 6.000 personas en la explanada de la Magdalena. Y, así se hizo. Significó un éxito de aquellas fiestas.

-Una paella monumental en la Magdalena que ya es un clásico en el día grande de las fiestas mayores de la ciudad.

-Sí, sí. No se puede entender el día grande de las fiestas de la Magdalena sin tener en cuenta la preparación de la paella monumental en la ermita del Castell Vell. Y, además con una aceptación popular impresionante. El domingo pasado, lloviendo y todo, se agotaron todas las raciones.

-Pero no solamente hace paellas monumentales. También, tortillas de patata, fideuàs, ‘tombet’, barbacoas...

-Por supuesto. En colaboración con Mediterráneo conseguí los récords Guinness de tortilla de patata y fideuà monumental, en la avenida del Mar. También hago barbacoas (la última el pasado viernes en un acto que, asimismo, es clásico, en las fiestas de la Magdalena).

-¿Cuál es el secreto para que estas paellas para tanta gente salgan tan buenas?

-Trabajar con el arroz normal, con el de toda la vida, preparar bien el sofrito y utilizar siempre aceite de oliva. Y, fundamental, cocinar a leña con madera de naranjo.

-Lo que hace, ¿es arte?

-Claro que sí. Un arte de la gastronomía. Porque lo hago con mucho cariño y soy feliz haciéndolo. Es mi vida. Una pasión a al que sigo dedicando muchas horas. Incluso, si bien el negocio lo dirige ahora mi hijo, porque yo estoy jubilado, voy donde tenemos que preparar comidas monumentales. (Mientras respondía a nuestras preguntas por teléfono estaba dirigiendo al mismo tiempo la elaboración de comidas monumentales en La Pérgola para las bandas, y para las gaiatas 10 y 11).

-Pero, usted se inició con un restaurante convencional. ¿No es cierto?

-Sí. Ya lo creo. Restaurante Molimar, en Benicàssim. Ahora solo me dedico a hacer comidas monumentales, con la firma Paellas y Eventos Monumentales Molimar, con la sede social en Benicàssim

-Y las lleva a todo el mundo.

-Sí. Hemos hecho paellas monumentales en Italia, Francia, Bélgica..., y, por supuesto en toda España.

-Usted se siente profeta en su tierra, ¿no es verdad?

-Me siento muy querido. No hay fiesta de localidad de más de 4.000 habitantes que se precie que no recurra a mí para hacer fiesta con comidas a lo grande. Monumentales.