Tenían entre 18 y 20 años cuando todo empezó. Eran un grupo de jóvenes que estudiaba en Valencia, unos avanzados de su tiempo, que, deseosos de potenciar la festa de carrer de Castellón, impulsaron una colla con una sólida base cultural, festera y mitológica. Los eruditos de la época, Miquel Peris, Matilde Salvador y Traver Griñó, les ayudaron con el himno, el escudo y el nombre. La Colla del Rei Barbut nacía en 1977 para revolucionar las fiestas de la capital de la Plana. Cuarenta años después, sus 65 integrantes mantienen intacto su espíritu, su iniciativa y su vocación de construir unas fiestas populares.

Uno de sus fundadores, Paco Martínez, propuso al resto vincular Rei Barbut a la mitología de Castellón que recoge el libro Tombatossals de Josep Pascual Tirado. Una idea que marcaría para siempre la identidad de la colla más antigua de la Plana y que dejaría su impronta en el Pregó, en el que representan a personajes del libro que cuenta la historia del gegant de pedra.

Su primera sede estuvo en los locales de RRRapid Meseguer, detrás del Teatro Principal. Más tarde, se trasladaron a la calle Asensi y, posteriormente, al camino San José para acabar, finalmente, en la plaza de las Aulas, la que es su casa desde hace 25 años.

«Cuando empezamos, en Castellón no había locales de grupos de amigos. Todo estaba centrado en las gaiatas. Hicimos que las fiestas dejaran de ser exclusivamente protocolarias», recuerda el presidente, Manolo Trilles.

Sus anécdotas

Los miembros fundadores todavía recuerdan las pruebas de voz que Matilde Salvador --quien siempre lució su Voladoret d’Or en el pecho-- les hacía para cantar el himno, con algún que otro problema de afinación. También se acuerdan del primer concurso de paellas que realizaron, hace 27 años, en el que pidieron permiso al entonces presidente de la Diputación Francisco Solsona para utilizar el jardín de las Aulas y tuvieron que emplearse a fondo para limpiarlo tras una celebración más que multitudinaria.

Entre sus recuerdos destacan también dos actividades que dejaron de hacerse: el rally humorístico, con coches tuneados y disfraces; y la bajada del Millars con cubetas de camión desde Cortes de Arenoso. No se libra de las anécdotas el Pregó, donde el enganche de su carroza se rompió y los dejó tirados en sus dos primeras participaciones.

Las míticas verbenas de Rei Barbut en Las Aulas comenzaron «para recuperar el centro durante los años 85 y 90, en los que toda la fiesta se concentraba en los recintos de las afueras». La colla ha recibido con ilusión la incorporación de gente joven, seguros de que Rei Barbut y su legado «perdurarán siempre».