Volvió a darse la novillada. ¡Albricias! Y qué novillada. El triunfo quedó en casa, porque Fernando Peña, uno de los protagonistas de la tarde de ayer, lo es y la afición lo siente como tal. Consciente del compromiso, de devolverles a sus paisanos ese calor en forma de homenaje que recibió haces unas semanas, envió un lote envuelto de la bravura que caracteriza a esta divisa. Novillos como el primero de la tarde o el quinto, son de los que no se olvidan, dignos merecedores de premio. Esa embestida entregada, repleta de emoción y codiciosa, con ese galope celoso del engaño, fue virtud para ensalzar. De haber manejado mejor los aceros, la fotofinish era de la terna a hombros junto al mayoral.

Y en casa quedó el premio porque Sedano Vázquez aprovechó su lote y consiguió su objetivo: abrir la puerta grande. Salió infiltrado por una lesión en el hombro provocada días antes en el campo. Pero no cabía otra, había que salir sí o sí. Titánico su esfuerzo y ni un gesto de dolor. Las suyas pasaría el chaval. L’Alcora le puso nombre propio a la tarde, Sedano Vázquez y Fernando Peña, el toreo y la bravura se dieron un abrazo que acabó con final feliz. Otra vez Castellón volvió a empujar la carrera de un novillero de la tierra. ¡Benditas sean las novilladas!

Fue el segundo un novillo abanto y con un punto de mansedumbre, pero sirvió y tuvo opciones en la muleta. Aunque algo tardo, tuvo movilidad y cuando Sedano supo sujetarlo y someterlo por abajo, llegaron los momentos más lucidos. Mejor condición tuvo por el pitón izquierdo. El castellonense fue todo voluntad en una faena larga y algo intermitente, en la que buscó en todo momento el triunfo. Una tanda de rodillas previa a unas manoletinas, lograron calentar el ambiente. Mató de estocada algo caída y un golpe de descabello.

El quinto fue un novillo importante. Tuvo prontitud y acometividad, y sus embestidas, de galope franco, llegaron al tendido. Sedano Vázquez, arropado en todo momento por sus paisanos, salió a darlo todo ya desde el capote, con una larga en el tercio y después en un quite por lopecinas. Tras brindar a Fernando Peña, aprovechó la movilidad del novillo para correr bien la mano sobre la diestra, aunque la plaza rompió en el toreo al natural, más enganchado, más encajado y rota la figura. Mató de un pinchazo y una buena estocada, que le valió la oreja y el derecho de salir a hombros.

Toñete, la faena

La faena de la tarde llevó el nombre de Toñete. El madrileño se topó con Linternita, uno de los mejores novillos del encierro enviado por Peña. Al ser el primero de la tarde y el primero de la feria, la faena se vivió extrañamente con mucha frialdad por parte del público, que aún no había entrado de lleno en la tarde.

Toñete manejó bien el capote frente al primer novillo, tanto en el recibo, genuflexo, como después en el quite por delantales rematado con una bella media belmontina. Fue bravo el novillo de Peña, codicioso, tomando los engaños por abajo, no siempre con clase pero sí con entrega. Lo aprovechó Toñete en una labor maciza, seria y bien planteada, de novillero maduro. Toreó largo y profundo, enganchando delante y llevando la embestida siempre muy toreada. Compuso la figura con gusto y belleza, todo cuanto hizo tuvo expresión. El epílogo de ayudados por bajo fue de categoría. Tenía aseguradas las dos orejas cuando la espada le jugó una mala pasada. El novillo fue ovacionado en el arrastre.

Brindis a Fernando Peña

Salió con muchos pies el burraco cuarto, al que Toñete saludó con un bonito manojo de verónicas. Brindó al ganadero Fernando Peña una faena de mucho tesón y firmeza ante un novillo áspero y un punto geniudo, que hizo que no siempre sus tandas tuvieran la limpieza deseada. Una estocada entera dio paso a la oreja.

La falta de fuerza del tercero deslució la faena de Ángel Téllez. Manejó la franela con templanza y despaciosidad aprovechando la nobleza del animal, pero la falta de empuje del de Peña enmudeció su labor. Aunque no se aburrió Téllez, siempre por encima del animal, y un arrimón final que tuvo mayor calado antes de dejar una efectiva estocada, pelín caída, desató la petición y se le concedió una oreja. Destacar un quite por saltilleras en el capote y un buen tercio de banderillas de Juan Navazo.

Muy bien se estiró a la verónica frente al sexto, quien después le puso variedad capotera en el galleo por chicuelinas y el quite por caleserinas. Fue bueno el novillo y aunque las primeras arrancadas fueron más explosivas, la pena fue que acabó aplomándose. Tuvo entonces que tirar del novillo Téllez y lo hizo con buena colocación, firmeza de planta y muñeca suelta. Todo muy embraguetado y más acoplado sobre la diestra. Faena de mucha capacidad. Los aceros le cerraron la puerta grande.