A los pies de Na Violant d’Hongria, esposa del Rei en Jaume I, conquistador y signatario del Privilegi de Trasllat que da vida a la nueva ciudad de Castellón en la plana en 1251, tras el descenso del Castell Vell. La ciudad regresó unas horas al medievo en el ya tradicional Homenatge a Na Violant d’Hongria que reunió a la Germandat dels Cavallers en la plaza que lleva el nombre de la reina de Valencia, Aragón y Baleares.

Hasta allí, y desde la plaza del Rey retumbaron los tambores del grupo Desperta Ferro!, con el Penó de la Conquesta enarbolando las señas de identidad de la festa plena y del poble. Y, al son de la marcha del Cavallers, llegó, elegante y triunfal, con la sonrisa perenne, Na Violant d’Hongria 2017, Marina Redó, de la mano del prohom, Luis Oria; jalonando el séquito de sus dones de companya, Ana Goterris, como Na Dolça; Ana Sanz, N’Enmengarda; María Soriano Na Eva; Estefanía Gonell, Na Margarida; Andrea Sánchez, Na Provençala; y Ana Ortuño, Na Rama. Al frente, la Esquadra Jove, las damitas y la Milicia Templaria, con Vicent Sales en representación de Guillem de Montrodó; y Vicente Guillamón como Rei en Jaume I para esta Magdalena.

Máxima solemnidad para recibir a Na Violant, en una concurrida plaza pese a que sentían los efectos de la bajada de temperaturas. Asistieron la reina de la fiestas, Estefanía Climent, que llegó tarde al estar en otro acto, la vicealcaldesa, Ali Brancal, y los ediles Antonio Lorenzo María España y Carlos Feliu, la fallera mayor e infantil de Sagunto y la madrina y el presidente de la gaiata 8, que acompañaron al cortejo. Y contemplándolos, la reina Na Violant y el rey En Jaume, iluminados, bajo un muro en el que descansan en el recuerdo los nombres de la Host de Jaume I.

Tras la lectura del poema épico a Jaume I de Miquel Peris i Segarra y Na Violant, de Rafael Lloret, una corona de laurel y las rosas caballerescas quedaron como recuerdo del tributo. La reina Violant cerró el acto de homenaje invocando a los patronos al grito de «Fadrell!».